En la ausencia
Si es muerte, si es infierno, Lisi mía, el punto que me roba a tu presencia, del vulgo la mordaz impertinencia o de mi hado infeliz la tiranía, ¡cuánta habrá sido, Lisi, mi agonía, mi confusión, mi pena, mi dolencia, considerada bien la eterna ausencia de las eternas horas de este día! ¡Ay, dulce prenda mía, si el no verte un breve tiempo tiene tanta parte de sentimiento, que me da la muerte! ¡cuánta será mi pena al contemplarte capaz, por mi desdicha, de perderte, incapaz por mi mal, de recobrarte!