En el sereno campo de los cielos
Despidiéndose de una dama porque amanecía
En el sereno campo de los cielos
entraba el sol, pisando las estrellas
sus caballos flamígeros, y de ellas
limpiando el manto de color de celos.
Ya cuando vive en últimos desvelos
pasaba de su sueño a sus querellas,
sale la abeja entre las flores bellas,
las aves por el aire esparcen vuelos.
Vase en el mundo dilatando el día
en cercos de oro y arreboles rojos,
y en las hojas las perlas del rocío.
Mas cuando tan hermoso el sol salía,
anocheció para mis tristes ojos,
porque como él salió, se puso el mío.