Electra de Benito Pérez Galdós


Escena XV editar

Los mismos; BALBINA, que interrumpe bruscamente la escena, entrando por la izquierda presurosa y sofocada.


BALBINA.- (Alarma general.) ¿Qué?


TODOS.- (Menos ELECTRA.) ¿Qué?


BALBINA.- ¡Ay, lo que ha hecho la señorita!


ELECTRA.- (Aparte, dando una patadita.) Me han descubierto.


BALBINA.- ¡Jesús, Jesús...! ¡Qué diabluras se le ocurren...! (Riendo.) ¡Vaya que...! En el nombre del Padre...


EVARISTA.- (Impaciente.) Acaba...


ELECTRA.- Confesaré si me dejan. Ha sido que...


BALBINA.- Fue a casa de Don Máximo, y le robó... porque ha sido como un robo... muy salado, eso sí.


DON URBANO.- ¿Pero qué...?


BALBINA.- El niño chiquitín. (Miran todos a ELECTRA, que pronto se repone del susto, y adopta una actitud serena y grave.)


EVARISTA.- ¡Pero, hija...!


PANTOJA.- ¡Niña, niña!


BALBINA.- Estaba en su casa dormidito. Entraron de puntillas la señorita y esa loca de Patros... cargaron con él, y acá nos le han traído.


EVARISTA.- Es absurdo.


PANTOJA.- (Disimulando su irritación.) Además, poco decente.


ELECTRA.- (Con evasión.) Tía, ¡le quiero tanto...! ¡y él a mí!


MARQUÉS.- (Entusiasmado.) ¡Qué chiquilla!


CUESTA.- Merece indulgencia.


EVARISTA.- Máximo estará furioso...


BALBINA.- José corrió a enterarse. Pronto sabremos...


DON URBANO.- ¿Y el crío, dónde está?


BALBINA.- En el cuarto de Patros le escondió la señorita con el propósito de llevárselo por la noche a su cuarto, y tenerlo allí consigo. (Risas de los caballeros, menos PANTOJA, que frunce el ceño.) Despertó el chiquillo hace poco, y Patros le dio un bizcocho para que se entretuviera... Yo que lo oigo... acudo allá, y me le veo... ¡Virgen...! Quiero cogerle, él no se deja... tengo que darle azotes...


ELECTRA.- (Corriendo hacia la izquierda con instintivo impulso.) ¡Alma mía!


PANTOJA.- (Quiere detenerla.) No.


EVARISTA.- (La coge por un brazo.) Aguarda.


BALBINA.- (En la puerta de la izquierda.) Desde aquí se oyen sus chillidos.


ELECTRA.- ¡Pobrecito mío!


EVARISTA.- Que lo lleven a su casa.


ELECTRA.- Nadie lo toque... Es mío. (Forcejeando se desprende de EVARISTA y PANTOJA, que quieren sujetarla, y con veloz carrera se va por la izquierda.)