Electra: 02
ACTO I
editarSala lujosa en el Palacio de los señores de García Yuste. A la derecha, paso al jardín. Al fondo comunicación con otras salas del edificio. A la derecha primer término, puerta de la habitación de ELECTRA. (Izquierda y derecha se entiende del espectador.)
Escena I
editarEl MARQUÉS; JOSÉ por el foro.
JOSÉ.- Están en el jardín. Pasaré recado.
MARQUÉS.- Aguarda. Quiero dar un vistazo a esta sala. No he visitado a los señores de García Yuste desde que habitan su nuevo palacio... ¡Qué lujo!... Hacen bien. Dios les da para todo, y esto no es nada en comparación de lo que consagran a obras benéficas. ¡Siempre tan generosos...!
JOSÉ.- ¡Oh, sí, señor!
MARQUÉS.- Y siempre tan retraídos... aunque hay en la familia, según creo, una novedad muy interesante...
JOSÉ.- ¿Novedad? ¡Ah! sí... ¿lo dice por...?
MARQUÉS.- Oye, José: ¿harás lo que yo te diga?
JOSÉ.- Ya sabe el señor Marqués que nunca olvido los catorce años que le serví... Mande Vuecencia.
MARQUÉS.- Pues bien: hoy vengo exclusivamente por conocer a esa señorita que tus amos han traído poco ha de un colegio de Francia.
JOSÉ.- La señorita Electra.
MARQUÉS.- ¿Podrás decirme si sus tíos están contentos de ella, si la niña se muestra cariñosa, agradecida?
JOSÉ.- ¡Oh! sí... Los señores la quieren... Sólo que...
MARQUÉS.- ¿Qué?
JOSÉ.- Que la niña es algo traviesa.
MARQUÉS.- La edad...
JOSÉ.- Juguetona, muy juguetona, señor.
MARQUÉS.- Es monísima; según dicen, un ángel...
JOSÉ.- Un ángel, si es que hay ángeles parecidos a los diablos. A todos nos trae locos.
MARQUÉS.- ¡Cuánto deseo conocerla!
JOSÉ.- En el jardín la tiene Vuecencia. Allí se pasa toda la mañana enredando y haciendo travesuras.
MARQUÉS.- (Mirando al jardín.) Hermoso jardín, parque más bien: arbolado viejo, del antiguo palacio de Gravelinas...
JOSÉ.- Sí, señor.
MARQUÉS.- La magnífica casa de vecindad que veo allá ¿no es también de tus amos?
JOSÉ.- Con entrada por el jardín y por la calle. En el piso bajo tiene su laboratorio el sobrino de los señores: el señorito Máximo, primer punto de España en las matemáticas y en la... en la...
MARQUÉS.- Sí: el que llaman el Mágico prodigioso... Le conocí en Londres... no recuerdo la fecha... Aún vivía su mujer.
JOSÉ.- El pobrecito quedó viudo en Febrero del año pasado... Tiene dos niños lindísimos.
MARQUÉS.- No hace mucho he renovado con Máximo mi antiguo conocimiento, y aunque no frecuento su casa, por razones que yo me sé, somos grandes amigos, los mejores amigos del mundo.
JOSÉ.- Yo también le quiero ¡Es tan bueno...!
MARQUÉS.- Y dime ahora: ¿no se arrepienten los señores de haber traído ese diablillo?
JOSÉ.- (Recelando que venga alguien.) Diré a Vuecencia... Yo he notado... (Ve venir a DON URBANO por el jardín.) El señor viene.
MARQUÉS.- Retírate...