ACTO I editar

Sala lujosa en el Palacio de los señores de García Yuste. A la derecha, paso al jardín. Al fondo comunicación con otras salas del edificio. A la derecha primer término, puerta de la habitación de ELECTRA. (Izquierda y derecha se entiende del espectador.)


Escena I editar

El MARQUÉS; JOSÉ por el foro.


JOSÉ.- Están en el jardín. Pasaré recado.


MARQUÉS.- Aguarda. Quiero dar un vistazo a esta sala. No he visitado a los señores de García Yuste desde que habitan su nuevo palacio... ¡Qué lujo!... Hacen bien. Dios les da para todo, y esto no es nada en comparación de lo que consagran a obras benéficas. ¡Siempre tan generosos...!


JOSÉ.- ¡Oh, sí, señor!


MARQUÉS.- Y siempre tan retraídos... aunque hay en la familia, según creo, una novedad muy interesante...


JOSÉ.- ¿Novedad? ¡Ah! sí... ¿lo dice por...?


MARQUÉS.- Oye, José: ¿harás lo que yo te diga?


JOSÉ.- Ya sabe el señor Marqués que nunca olvido los catorce años que le serví... Mande Vuecencia.


MARQUÉS.- Pues bien: hoy vengo exclusivamente por conocer a esa señorita que tus amos han traído poco ha de un colegio de Francia.


JOSÉ.- La señorita Electra.


MARQUÉS.- ¿Podrás decirme si sus tíos están contentos de ella, si la niña se muestra cariñosa, agradecida?


JOSÉ.- ¡Oh! sí... Los señores la quieren... Sólo que...


MARQUÉS.- ¿Qué?


JOSÉ.- Que la niña es algo traviesa.


MARQUÉS.- La edad...


JOSÉ.- Juguetona, muy juguetona, señor.


MARQUÉS.- Es monísima; según dicen, un ángel...


JOSÉ.- Un ángel, si es que hay ángeles parecidos a los diablos. A todos nos trae locos.


MARQUÉS.- ¡Cuánto deseo conocerla!


JOSÉ.- En el jardín la tiene Vuecencia. Allí se pasa toda la mañana enredando y haciendo travesuras.


MARQUÉS.- (Mirando al jardín.) Hermoso jardín, parque más bien: arbolado viejo, del antiguo palacio de Gravelinas...


JOSÉ.- Sí, señor.


MARQUÉS.- La magnífica casa de vecindad que veo allá ¿no es también de tus amos?


JOSÉ.- Con entrada por el jardín y por la calle. En el piso bajo tiene su laboratorio el sobrino de los señores: el señorito Máximo, primer punto de España en las matemáticas y en la... en la...


MARQUÉS.- Sí: el que llaman el Mágico prodigioso... Le conocí en Londres... no recuerdo la fecha... Aún vivía su mujer.


JOSÉ.- El pobrecito quedó viudo en Febrero del año pasado... Tiene dos niños lindísimos.


MARQUÉS.- No hace mucho he renovado con Máximo mi antiguo conocimiento, y aunque no frecuento su casa, por razones que yo me sé, somos grandes amigos, los mejores amigos del mundo.


JOSÉ.- Yo también le quiero ¡Es tan bueno...!


MARQUÉS.- Y dime ahora: ¿no se arrepienten los señores de haber traído ese diablillo?


JOSÉ.- (Recelando que venga alguien.) Diré a Vuecencia... Yo he notado... (Ve venir a DON URBANO por el jardín.) El señor viene.


MARQUÉS.- Retírate...