El yerro de un cazador

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El yerro de un cazador.

Unos cazadores que perseguían á un lobo en el invierno último lo cercaron y lo acosaron de tal suerte, que el animal, como único medio de salvarse, tomó la dirección de un molino en la ribera del Tajo. Un cazador aprendiz, que detrás de unas zarzas observó un bulto negro, hizo en toda regla su puntería; disparó, y en vez de matar al lobo, mató á la molinera.

A vista de tal catástrofe, el pobre cazador estuvo á punto de desesperarse; sus compañeros se alarmarón, los parroquianos del molino salieron, y por todas partes solo se oian gritos y lamentos.

A poco rato llegó el molinero con una pachorra deliciosa; examinó la herida, miró á los circunstantes, y dijo al matador:

—Consuélese V., buen hombre, que no ha errado el tiro, porque casualmente ha muerto V. á la loba mas mala de todo el país.