El tronco y el carbón
(Premiada)
Dando una noche lúgubres quejidos,
suspiros hondos,
junto al carbón, en el hogar, ardía
un verde tronco.
Cansado de escucharle, el carbón dijo
con cierto enojo:
-«Estás regando en llanto la ceniza.
»¿Te has vuelto loco?
»¿A qué tanto gemir?»-
-«¡Ay! mis tormentos
»son horrorosos.»-
-«Son las primeras dolorosas pruebas;
»bien las conozco.
»Cuando en el bosque fui carbonizado
»sentí lo propio.
»Ten ¡oh tronco! valor en el martirio;
»no más sollozos.
»Yo he padecido tanto, en este mundo
»de engaño y dolo,
»que, secas ya las fuentes de mis lágrimas,
»sufro y no lloro.»-