El tachonado y puro firmamento

El tachonado y puro firmamento
de José Joaquín de Mora


 El tachonado y puro firmamento   
 con todas sus lumbreras inmortales,   
 esa luz que nos vierte sus raudales,   
 más sutil, más veloz que el pensamiento.   
 

 El misterioso y grave movimiento  
 de sus revoluciones desiguales,   
 ¡qué de goces intensos, celestiales,   
 no dan al atrevido entendimiento!   
 

 ¡Y está serena el alma, y no palpita   
 rápido el corazón! ¡Ni estalla el labio,  
 cediendo al entusiasmo que lo agita!   
 

 Hombre, suelta el compás y el astrolabio;   
 mentido es tu saber, siente y medita:   
 quien más medita y siente es el más sabio.