El sombrero de tres picos (1874)/Capítulo XXIX
Capítulo XXIX: Post nubila... Diana
-¿Qué escándalo es éste? -dijo al fin una voz tranquila, majestuosa y de gracioso timbre, resonando encima de aquella baraúnda.
Todos levantaron la cabeza, y vieron a una mujer vestida de negro asomada al balcón principal del edificio.
-¡La Señora! -dijeron los criados, suspendiendo la retreta de palos.
-¡Mi mujer! -tartamudeó D. Eugenio.
-Que pasen esos rústicos... El señor Corregidor dice que lo permite... -agregó la Corregidora. Los criados cedieron paso, y el de Zúñiga y sus acompañantes penetraron en el portal y tomaron por la escalera de arriba.
Ningún reo ha subido al patíbulo con paso tan inseguro y semblante tan demudado como el Corregidor subía las escaleras de su casa. Sin embargo, la idea de su deshonra principiaba ya a descollar, con noble egoísmo, por encima de todos los infortunios que había causado y que lo afligían y sobre las demás ridiculeces de la situación en que se hallaba...
-¡Antes que todo -iba pensando-, soy un Zúñiga y un Ponce de León!... ¡Ay de aquéllos que lo hayan echado en olvido! ¡Ay de mi mujer, si ha mancillado mi nombre!