El rey sarmentador

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El rey sarmentador.

En tiempo del rey D. Alonso el Sabio vivia retirado en las inmediaciones de Jeréz de la Frontera el anciano Diego Perez de Vargas, caballero famoso en el reinado de Fernando el Santo. Ponderaron el valor de este caballero al rey D. Alonso y la sencillez y modestia de su vida hasta un grado tal, que deseando verlo por sí mismo, disfrazado y seguido de cuatro caballeros partió una mañana en su busca.

Cuando llegaron á corta distancia de la alquería en que moraba el anciano, los cuatro cortesanos se escondieron, y el rey solo y á pié se dirigió á un cercado contiguo, y mirando por encima de las tapias, vió que el viejo Vargas estaba podando su viña. Entonces saltó el vallado, y caminando todo lo suavemente que le fué posible, se puso detrás sin hablar palabra y principió á recoger los sarmientos que el viejo cortaba.

Como aprendiz en esta faena, no pudo el rey dedicarse á ella mucho tiempo sin hacer ruido; sintiólo Vargas, y volviendo la cabeza conoció al rey y se arrojó á sus pies diciendo:

— Señor, señor, ¿qué hace vuestra alteza?

— Prosigue, Vargas, prosigue, contestó el rey con dulzura; permite que te ayude y no te estrañe mi conducta, porque á tal podador tal sarmentador.