El registro de necedades

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El registro de necedades.

Un joven, tan opulento como escéntrico, llevaba en su casa un libro registro donde apuntaba todas las necedades que en ella ocurrían, ya proviniesen de él ó de sus criados.

El mas atrevido de estos, que se llamaba Severo, le dijo un dia:

— Señor, ¿no dio V. ayer vente mil reales para la compra de un caballo á un chalan á quien V. no ha visto media docena de veces?

— Así es la verdad.

— Pues entonces voy á hacer este asiento en el libro verde.

— Escucha, borrico. ¿Y si me trae el caballo ó el dinero?

— Entonces, repuso el ayuda de cámara, el necio será él, y haremos el asiento á su nombre.