El propósito desesperado
Si por robarte a mi pasión ardiente tus deudos, descargando el fiero amago, te arrebatasen con ardid aciago de estos ojos que lloran por ti ausente; aunque en un fuerte alcázar eminente te encante por las artes de algún mago, y que entorno te cerquen con un lago de fuego hirviendo con voraz corriente; O aunque te oculten en el hondo silo del monte más oscuro y más distante; por lograrte lanzárame tranquilo, y hendiera un mar de lava fulminante, o bajara en tu busca al negro asilo, siempre que fueses a mi amor constante.