El pronóstico
No en vano, desdeñosa, su luz pura ha el cielo a tus ojuelos trasladado, y ornó de oro el cabello ensortijado, y dio a tu frente gracia y hermosura. Esa rosada boca con ternura suspirará; tu seno regalado del blando fuego bullirá agitado, y el rostro volverás con más dulzura. Tirsi, el felice Tirse, tus favores cogerá, altiva Clori, su deseo coronando en el tálamo dichoso. Los cupidillos verterán mil flores, llamando en suaves himnos a Himeneo, y Amor su beso le dará gozoso.