El Dolor

Y una mujer habló, diciendo, «Háblenos del Dolor».

Y él dijo:

Tu dolor es el romper del caparazón que encierra tu entendimiento.

Como la cáscara de la fruta tiene que romperse, para que su corazón pueda estar en el sol, también tienes que conocer el dolor.

Y si pudieras mantenerte el corazón con asombro acerca de los milagros diarios de tu vida, tu dolor no parecería menos maravilloso que tu alegría;

Y aceptarías las estaciones de tu corazón, como siempre has aceptado las estaciones que pasan sobre tus campos.

Y mirarías con serenidad por los inviernos de tu dolor.

Mucho de tu dolor es escogido por ti mismo.

Es la poción amarga que es usado por el médico adentro de ti para sanarte a ti mismo.

Por eso confía en el médico, y bebe su remedio en silencio y tranquilidad:

Porque su mano, aunque está pesada y dura, es guiado por la mano cariñoso del No Visto,

Y la taza que trae, aunque te quema los labios, está hecha de la arcilla que el Alfarero ha humedecido con Sus propias lágrimas sagradas.