El pescador (Espronceda)

El pescador
de José de Espronceda

    Pescadorcita mía,
 Desciende a la ribera,
 Y escucha placentera
 Mi cántico de amor;
    Sentado en su barquilla,
 Te canta su cuidado,
 Cual nunca enamorado
 Tu tierno pescador.
    
    La noche el cielo encubre
 Y acalla manso el viento,
 Y el mar sin movimiento
 También en calma está:
    A mi batel desciende,
 Mi dulce amada hermosa:
 La noche tenebrosa
 Tu faz alegrará.
    
    Aquí apartados, solos,
 Sin otros pescadores,
 Suavísimos amores
 Felice te diré,
    Y en esos dulces labios
 De rosas y claveles
 El ámbar y las mieles
 Que vierten libaré.
    
    La mar adentro iremos,
 En mi batel cantando
 Al son del viento blando
 Amores y placer;
    Regalarete entonces
 Mil varios pececillos
 Que al verte, simplecillos,
 De ti se harán prender.
    
    De conchas y corales
 Y nácar a tu frente
 Guirnalda reluciente,
 Mi bien, te ceñiré;
    Y eterno amor mil veces
 Jurándote, cumplida
 En ti, mi dulce vida,
 Mi dicha encontraré.
    
    No el hondo mar te espante,
 Ni el viento proceloso,
 Que al ver tu rostro hermoso
 Sus iras calmarán;
    Y sílfidas y ondinas
 Por reina de los mares
 Con plácidos cantares
 A par te aclamarán.
    
    Ven ¡ay! a mi barquilla,
 Completa mi fortuna;
 Naciente ya a la luna
 Refleja el ancho mar;
    Sus mansas olas bate
 Süave, leve brisa;
 Ven ¡ay! mi dulce Elisa,
 Mi pecho a consolar.