El olvido (López de Ayala)
¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué, ingrata, niegas tu corazón a mi gemido, y, afligiendo mi pecho comprimido, tu inhumano silencio se dilata? No le roba la muerte al que arrebata, ni el nombre ni el recuerdo agradecido...- ¡Tumba sin epitafio es el olvido, que traga al muerto y hasta el nombre mata!- ¡Háblame, por piedad; aunque al hablarme destruyas mi esperanza y sea mi suerte vivir llorando tu rigor eterno!... Acuérdate siquiera de matarme; que odio más el olvido que la muerte, y más temo la nada que el infierno.