El narciso
Narciso bello, que en papel bruñido,
o en lienzo transparente,
del cristal detenido de una fuente
copias tu original, que te enamora,
sordo al peñasco, que con voz te llora,
y al monte, que con ecos te suspira.
Si el que no te merece te retira
(pues ninguna nació para igualarte,
y nadie espera tan hermosa suerte)
no lleguen por tu mérito a alcanzarte,
lleguen por tu piedad a merecerte.