Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El murmurador.

Se confesaba un hablador de haber murmurado en público de una persona respetable.

— Es necesario, le dijo el confesor, que en público también se desdiga V. de esa falsedad.

— Padre, replicó el penitente, el caso es, que como saben que miento tanto, no me creerán.

— Si eso es así, dijo el prudente confesor, puedo absolverle, porque tampoco habrán creído su murmuración.