El motivo de mis versos
Canta el forzado en su fatal tormento, y al son del remo el marinero canta, cantando, al sueño el pecador espanta, y el cautivo cantando está contento: al artesano en su entretenimiento le divierte la voz de su garganta; canta el herrero que el metal quebranta, y canta el desvalido macilento. El más infortunado entre sus penas con la armónica voz mitiga el llanto, y el peso de sus bárbaras caderas; pues si el dulce cantar consuela tanto al mísero mortal en sus faenas, yo por burlar mis desventuras canto.