El león y la cabra
Un señor León andaba, como un perro, Del valle al monte, de la selva al cerro, A caza, sin hallar pelo ni lana, Perdiendo la paciencia y la mañana. Por un risco escarpado Ve trepar una Cabra a lo encumbrado, De modo que parece que se empeña En hacer creer al León que se despeña. El pretender seguirla fuera en vano; El cazador entonces cortesano La dice: «Baja, baja, mi querida; No busques precipicios a tu vida: En el valle frondoso Pacerás a mi lado con reposó.» «¿Desde cuándo, señor, la real persona Cuida con tanto amor de la barbona? Esos halagos tiernos No son por bien, apostaré los cuernos.» Así le respondió la astuta Cabra, Y el León se fue sin replicar palabra. Lo paga la infeliz con el pellejo, Si toma sin examen el consejo.