El juramento quebrantado
A Limano jurábale Filena guardar la fe que a su pasión debía; "antes la luz me falte", repetía, y sus promesas escribió en la arena. El viento que la mueve y desordena poco a poco lo escrito deshacía, y al verlo la pastora falsa y fría de su memoria lo borró sin pena. Así la fe se guarda y asegura en pecho femenil; ¡qué documento para quien cifra en ella su ventura, si aún la que ofrece amor con juramento, cuanto dice y escribe y cuanto jura, es arena que mueve cualquier viento!