El insulto rechazado
El insulto rechazado.
Un príncipe se burlaba de uno de sus cortesanos que le habia servido en muchas embajadas.
— Desengáñate, le decia, no puedes negar que te pareces á un buey.
— Yo no sé á quién me parezco, respondió el cortesano; pero he tenido el honor de representar á V. A. en muchas ocasiones.