El inclusero
No tiene padres es hijo de la inclusa
son sus madres las madres que lo criaron
hoy ya un hombre en la ruta de la vida
camina siempre mohino y cabizbajo
piensa que ostenta nombres y apellidos
todos ajenos y ninguno heredado
no sabe ni conoce las caricias
del hijo por su madre idolatrado.
Por eso de continuo va abstraído
pensando en tan irónico sarcasmo
más tarde será padre y a sus hijos
legará un nombre que para él robaron
y en el silencio de la noche escucha
desde su lecho que en la pieza contigua
una madre acaricia a su pequeño
y entonces llora con amargo desconsuelo.
Esas lágrimas vertidas por un hombre
forjado bajo el trágico infortunio
son gotas del cáliz de amargura
cristalizan la pena y la tristura
también aquellas gotas cristalinas
serán del corazón protesta muda
del acerbo dolor que siempre invade
al que no es hijo y pronto será padre.
Mañana que papá puedan llamarle
y, aún cuando nazca el pequeñuelo
dirá como jamás a él le dijeron
tú tienes padre, tú no eres inclusero
mimos y mil de caricias ha de hacerle
al hijo propio de apellido ajeno
y ese pedazo de su alma y de su vida
será la absolución del Juez Supremo.