Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El hurto del vino.

Un caballero compró un tonel de vino generoso, y convencido de que su criado era uno de los mas aventajados adoradores de Baco, cerró herméticamente el tonel, lo lacró, y lo selló.

Pero el criado, que en esto de estraer vino de la vasija agena podia dar lecciones al Lazarillo de Tormes, barrenó el tonel por la parte inferior, sacó el vino, y él y sus amigos tuvieron largos dias gaudeamus de lo lindo.

Llegó el cumpleaños del amo de la casa, examinó el tonel, y lo halló intacto por de fuera, y el lacre y el sello en su lugar. Lo abrió, lo destapó, y ¡oh sorpresa! apenas tenia la mitad del vino que compró.

— Mira, le dijo su mujer, si lo han sacado por debajo.

— Pero no seas necia, respondió el marido; ¿no ves que por debajo no falta vino, sino por arriba?