El huerto de las rosas
En el huerto al entrar de las rosas
¡Oh, amada, oh, bellísima Haidée!
Vine a ver donde tú te reposas,
Y en ti a Flora y al alba adoré.
Yo te imploro, mi bien, yo te amo;
Y al decirte tan dulce verdad,
Tu ira temo; templando reclamo
Para mí tu amorosa piedad.
Si a la rama del árbol, natura
Le dafrutos, aroma y calor;
En tus ojos el alma fulgura,
En tu cuepo derrama esplendor.
Mas si amor me abandona, y no presta
Sus encantos al yermo pensil,
Dame luego cicuta funesta
Más fragante que rosa de abril.
Exprimiendo su horrible veneno,
Su amargura en la copa pondré;
Pero dulce ha de ser en mi seno,
Porque libre de ti moriré.
¡Cuán me salves de tanto dolor!
En tus brazos mi pena mitiga;
Dame, ingrata, la muerte o tu amor.
Amazona que armada caminas,
Para ti combatir es vender;
Con saetas me heriste divinas;
A tus plantas me hiciste caer.
Moriré si en mi herida no empleas
Tu sonrisa, que sabe curar.
Esperanzas me diste... ¿desdeas
Esperanzas en duelo trocar?
En el huerto entraré de las rosas,
¡Oh, amada, oh, falsísima Haidée!
Y tú ausente, y las flores hermosas
Ya marchitas, mi mal lloraré.