El hombre y la culebraEl hombre y la culebraFélix María Samaniego
A una Culebra que de frío yerta
en el suelo yacía medio muerta,
un labrador cogió; mas fue tan bueno,
que incautamente la abrigó en su seno.
Apenas revivió, cuando la ingrata
a su gran bienhechor traidora mata.