El enfermo y el médico

​El enfermo y el médico​ de Félix María Samaniego


Un miserable Enfermo se moría,
Y el Médico importuno le decía: 
«Usted se muere; yo se lo confieso; 
Pero por la alta ciencia que profeso, 
Conozco, y le aseguro firmemente, 
Que ya estuviera sano,
Si se hubiese acudido más temprano 
Con el benigno clister detergente.»
El triste Enfermo, que lo estaba oyendo, 
Volvió la espalda al Médico, diciendo: 
«Señor Galeno, su consejo alabo.
Al asno muerto la cebada al rabo.» 


Todo varón prudente
Aconseja en el tiempo conveniente; 
Que es hacer de la ciencia vano alarde 
Dar el consejo cuando llega tarde.