El enfermo regateando su entierro
El enfermo regateando su entierro.
Uno llamó á un sacristán
Y le dijo: — ¿Cuánto quiere
Vuesarcé por enterrarme?
— Viene á costar unos veinte
Reales. — ¿Quiere diez y seis?
— No, que mas costa me tiene,
Le replicó el sacristán:
A que respondió el doliente:
— Pues mire si le está bien,
Y entiérreme en diez y siete,
Porque no me moriré,
Como un cuarto mas me cueste.