El duro hierro agudo que la mano
El duro hierro agudo que la mano, rica de mis despojos por vos siente, y la sangre esparció que amor ardiente guardó cual néctar puro y soberano; guiolo amor, y abrió manso y humano lugar al dolor vuestro tiernamente; que el mal que siento grave y vehemente, blando siente el cruel pecho tirano. La herida terrible que en mis ojos de los vuestros entró, y causó mi pena, venganza toma ahora en vuestro yerro. No es culpa vuestra, es gloria a mis despojos; y así, que os hiera el dulce amor ordena, como a mí vuestros ojos, vuestro hierro.