El despertar de la trinchera
EL DESPERTAR DE LA TRINCHERA
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Unos soldados hablan en voz muy queda;
se desperezan otros que dormitaban;
otros miran al cielo velado; tiemblan
de frío y se arrebujan luego en sus mantas.
Ladra al silencio un perro como alma en pena;
y agorero a lo lejos un gallo canta;
van corriendo las nubes y el sol empieza
a sonrojar los lindes de la distancia.
Un vapor tenue humea de la llanura
y en la bruma de un valle duerme un villorrio.
Lívidos los soldados, las caras sucias,
del alba a los plomizos, tristes reflejos,
sorprendidos se miran unos a otros:
¡no saben si están vivos o si están muertos!
1915.