El día más feliz
EL DÍA MÁS FELIZ
El día más feliz, la hora más dichosa, los ha conocido mi corazón agotado y marchito; pero siento que ha desaparecido ya mi más alta esperanza de orgullo y de poderío.
¿He dicho de poderío? Sí. Pero desde hace largo tiempo, ¡ay de mí! se han desvanecido los bellos ensueños de la juventud; han pasado ya: dejémoslos que se desvanezcan!
Y tú, orgullo, ¿qué haré de ti ahora? Otra frente puede bien heredar el veneno que me has dado. Que por lo menos mi espíritu permanezca tranquilo.
El día más hermoso, la hora más feliz que mis ojos hayan visto y hayan podido ver jamás, mi más brillante mirada de orgullo y de poderío, todo eso ha existido pero ya no existe; yo lo siento.
Y si esa esperanza de orgullo y de poderío me fuera ofrecida ahora acompañada de un dolor semejante al que experimento, no quisiera revivir esa hora brillante. Porque bajo su ala llevaba una obscura mezcla y mientras volaba, dejaba caer una esencia todopoderosa para consumir un alma que tan bien la conocía.