El colmenero divinoEl colmenero divinoTirso de MolinaAuto
Auto
Salen el PLACER, de villano,
y el Verbo Eterno, de
labrador COLMENERO
PLACER:
Mil veces en hora buena
a nuestro valle bajéis,
donde sois tan deseado,
el polido montañés.
Pardiobre, que me regüila,
desque mis ojos vos ven,
de pracer el corazón,
por eso soy el Pracer.
Más ha de cinco mil años,
que no permite que esté
el primer hombre en el mundo,
Dios se lo perdone, amén.
Otros tantos ha que os llaman
para que los rescatéis,
los hidalgos de la cárcel
que tien cautivos Argel.
El garrido labrador,
mancilla os dará de ver
que están hechas vuestras hazas
salitre por no llover.
Procesión hacen por agua
hasta Joaquín desde Abel
los de vuesa parentela
mas ya regáis a Israel.
PLACER:
Huentes tienen nuesos ojos
que no dejan de correr
pero son de agua salada
y así no apagan la sed.
El valle donde vivimos
valle de lágrimas hué,
pero con vuesa venida
valle de contentos es.
No quepo de regocijo;
galán venís, a la hé,
¡qué justo que lo vestís
de la cabeza a los pies!
Tanto os metéis en pretina,
que en el saco no cabéis,
y se os rompe por el lado
el vestido sayagués.
Aunque es grosera la lana,
de una oveja virgen fue,
que Dios y ella la tejieron
soldamente en Nazaret.
El vestido de las fiestas
bajo de esotro os ponéis,
que diz que éste es de trabajo;
sois labrador, hacéis bien.
Mas pues traéis dos vestidos,
yo, zagal, apostaré
que os venís de vueso padre,
quedándoos allá con él.
Quillotrado estáis de amores.
En el pergeños se os ve;
que el fuego, amor y dinero,
mal se pueden esconder.
El amor comunicado
suele ser menos crüel;
decidme a mí a quién amáis,
que el tercero quiero ser.
Con ella me iré a vivir,
que amándola vos, pardiez,
que es fuerza si el Placer soy,
que no quepa de placer.
COLMENERO:
¡Ay, Contento! Como sabes
el que traigo en padecer
por la ausente ingrata mía,
leal me sales a ver.
De las sierras de mi padre
me vengo al mundo a romper;
pues no ha de haber parte en mí
que no se rompa después.
Al valle me traen amores
de la manera que ves;
y por gozarme con Lía,
traigo oculta a mi Raquel.
Sus colores me he vestido,
aunque en ella sea buriel
lo que en mí blanco sayal,
que no hay mancha o mota en él.
La villa de Montealegre,
donde alcalde mi padre es,
dejo, por bajar al valle
para darla de comer.
PLACER:
Decidme, pues, ¿cómo quedan
los de allá, Pascual, Manuel?
¿Hay salud? ¿Viven en paz?
COLMENERO:
¡Oh, es otra Jerusalén!
Visión de paz es mi patria
que aunque hubo guerra una vez,
sosegóse, echando al remo
los revoltosos Miguel.
Unos ángeles de Dios
son todos; y en parecer,
unos serafines de oro.
Ni hay más que pedir, ni ver.
PLACER:
¿Cómo queda vueso padre?
COLMENERO:
Triunfa, y vive como un rey.
Tan entero, fuerte y sano
que no pasa día por él.
Tan mozo está como yo.
PLACER:
Tal es la vida que tién
no ha menester a nenguno
que enfraquece el menester.
¿Y el que tercia en vueso amor?
COLMENERO:
Ésa es persona de bien.
Una cosa somos todos,
que es mucho para ser tres.
Cuantos le han visto le llaman
una paloma sin hiel.
Quiere mucho a los del valle.
PLACER:
¿A fe que mos quiere bien?
COLMENERO:
Hácese lenguas de todos;
díceme que os vendrá a ver
para pascua.
PLACER:
¿La de Flores?
COLMENERO:
No, la de Pentecostés.
PLACER:
¿Y a qué os venís vos al valle?
COLMENERO:
Vengo acá a buscar qué hacer,
porque allá todo es holgar.
Como Jacob serviré
al Labán de aqueste mundo
por Lía que es mi interés.
PLACER:
¿Que le serviréis siete años?
COLMENERO:
¿Qué son siete? Treinta y tres.
PLACER:
¿En qué oficio?
COLMENERO:
Pastor soy.
Viñas y árboles planté,
huertos cultivo cerrados.
PLACER:
Muchos oficios tenéis.
COLMENERO:
Posee mi padre en el valle
recién plantado un vergel
que se llama Valdeiglesias,
porque de la iglesia es.
Quiero hacer un colmenar
donde puedan labrar miel
las almas, que son abejas,
con las flores que nos dé.
A ser colmenero bajo.
PLACER:
Oficio dulce escogéis;
hacéos miel de puro bueno,
que a fe, que os han de comer.
Mas, Colmenero polido,
miradlo primero bien,
que anda aquí un diabro de un oso.
COLMENERO:
¿Es fiero?
PLACER:
Es un Locifer;
y siendo oso colmenero,
echarávos a perder
cuantas colmenas topare.
COLMENERO:
No importa; yo le pondré
una trampa de dos palos
en cruz, que en llegado el pie,
tropiece y caiga en la hoya,
donde ya cayó otra vez.
PLACER:
¡Ah, del valle! Labradores,
salí a dar el parabién,
y bien venido al zagal
que nos anunció Gabriel.
Pero ya vienen cantando;
el Pracer soy, bailaré,
que ha enfenito que no saben
los hombre lo que es pracer.
Sale la ABEJA, vestida de felpa
de diversos colores
y coronada de rosas, con alas.
MÚSICOS y PASTORES cantando
UNOS:
"Nora buena venga, venga
el colmenero a la tierra.
OTROS:
Venga en horas buenas mil
como mayo y como abril.
UNO:
El zagal polido.
TODOS:
¡Qué galán venís!
UNO:
De cuerpo garrido.
TODOS:
¡Qué galán venís!
UNO:
El capote y sayo.
TODOS:
¡Qué galán venís!
UNO:
Branco y encarnado.
TODOS:
¡Qué galán venís!
UNO:
Pues con él cobrís
el brocado y seda.
TODOS:
Norabuena venga, venga,
el colmenero a la tierra.
Venga en horas buenas mil,
como mayo y como abril."
ABEJA:
Encubierto zagal, que de los cielos
bajéis a nuestro valle de dolores
a padecer trabajos y desvelos,
cosecha más común de labradores,
¿esperanzas sembráis? Cogeréis celos,
renta que siempre pagan los amores.
Seáis, mi labrador, muy bien venido,
que ya sé que mi amor os ha traído.
Éste, que siempre ha sido invencionero,
os ocupa en humildes ejercicios,
y transforma en Divino Colmenero,
porque de dulce y recto dais indicios.
Ya sé que, como amante verdadero,
después que por canceles y resquicios
me habéis desde los cielos acechado,
bajáis, al fin, a verme disfrazado.
El colmenar de vuestra Iglesia tierno
comenzad a labrar, divino amante;
plantad flores en él, sin que el invierno
de la envidia a secarlas sea bastante;
que, porque dure su edificio eterno,
los santos de la Iglesia militante
las abejas serán, que en sus colmenas
os labran miel mejor que la de Atenas.
COLMENERO:
Esposa mía, los desiertos deja
de Cedar, que aunque hermosa estás morena.
Baja a mi huerto, si mi amor te aqueja
que soy la flor del campo y la azucena,
tu Colmenero soy, serás mi Abeja,
porque me labres, alma, la colmena
cuyo panal de amor, dulce y sabroso,
a la mesa se sirva de tu esposo.
ABEJA:
Si vos el Colmenero sois, amores,
el ser yo vuestra Abeja, es dicha mía;
disponedle, empezad, cérqueme flores,
que aunque enferma de amor, alientos cría.
Volando seguiré vuestros olores,
de donde os labre miel, si al mediodía
me advertís dónde estáis para que, cuerda,
por panales del mundo no me pierda.
COLMENERO:
No harás, si a la república imitares,
que fundan las abejas de la tierra.
ABEJA:
Si tú, labrador diestro, me industriares,
sabré lo que en sus fábricas se encierra,
y el orden guardaré que me dejares;
que quien tus leyes sigue jamás yerra.
COLMENERO:
Escucha, pues conmigo te aconsejas,
los efectos sabrás de las abejas.
Primeramente, cada enjambre elige
de tres reyes que nacen uno sólo,
y a los demás, matándolos, erige
de flor y yerba un Cario Mauseolo;
porque así como un Dios el mundo rige,
un alma a un cuerpo, y una luz a Apolo,
así que hay no más de un rey conviene,
que sólo el monstruo dos cabezas tiene.
Abeja mía, de la suerte misma
el enjambre de la Iglesia, y su belleza
señalada entre todos con mi crisma,
sólo tendrá un pastor y una cabeza;
que puesto que la inquiete tanto cisma,
la monarquía de mayor firmeza
gobierno la dará de eterno espacio,
que del Democracio no, ni Aristocracio.
Vive sin aguijón su rey, que aspira
a regir con piedad su real presencia,
que muchos cetros derribó la ira,
mas ninguno el amor y la clemencia;
armas traen las demás, y al que conspira
contra su rey y plebe, la experiencia
prueba de su rigor dando la vida,
que por su ley y rey es bien perdida.
Labran su mil, con abundancia tanta,
en el tronco de un árbol, por el modo
que las abejas de mi Iglesia santa
cuyos ejemplos hasta aquí acomodo,
pues por virtud de la preciosa planta
de mi cruz, que es quien da valor a todo,
salutífera miel de obras fabrica
el alma, con mi sangre y amor rica.
COLMENERO:
El propio instinto y experiencia larga
--que nunca s jubila el experiencia--
a su defensa la colmena encarga,
contra el común peligro y la violencia.
Mojan n zumo de una yerba amarga
el vaso y su exterior circunferencia,
dando con esto a su enemigo espanto
que, aunque amargo, defiende al alma el llanto.
Edifican sus casas, lo que importa,
para vivir vacando de su oficio,
en cera frágil, cuyo ejemplo exhorta
a la soberbia humana sin jüicio;
que en decrépita edad y vida corta,
no fabrique Babeles de edificio
casi inmortal; porque si mucho dura
dure la fama más de su locura.
Vuelan por los jardines, donde hacen
tercios de flores, cuyas frescas galas,
sus casas y dispensas satisfacen,
prefiriendo las buenas a las malas;
no andan por el suelo; porque nacen
las abejas sin pies, pero con alas;
símbolo que quien labra para el cielo,
gustos de tierra ha de pasar de vuelo.
Y mientras de jazmines y violetas
labran panales tiernos y sabrosos,
o ya en sus celdas se recogen quietas,
la miel les comen zánganos ociosos;
enjambres hay de hipócritas profetas,
con piel de ovejas, colmeneros osos,
perezosos al bien, al vicio listos,
zánganos de mi Iglesia y pseudo Cristos.
De aquesta suerte entre virtudes tantas,
esposa mía, labran mis abejas;
alas tienes, con ellas te levantas
hasta los cielos, cuando el mundo dejas.
Contemplaciones y oraciones santas
las plumas son, con que de ti te alejas,
y a los jardines de mi patria acudes.
Labra panales, pues te doy virtudes.
ABEJA:
Símbolos son misteriosos y extraños
los que me habéis propuesto, tierno amante,
ya no me espanto, que en cincuenta años
no se canse Aristómaco constante
en la contemplación y desengaños
con que un animalejo semejante
enseña a las repúblicas y reyes,
unas a obedecer, otros dar leyes.
Abeja quiero ser, desde hoy pretendo
comenzar a labrar, esposo mío;
pero del Oso vil estoy temiendo,
que es infernal su furia y desvarío.
COLMENERO:
A mi temor divino te encomiendo,
y de su guarda tu remedio fío;
en el temor de Dios los tuyos deja,
porque, apartada de él, muere la abeja.
También mi amor sabe labrar panales,
dulce y sabrosa es, alma, mi palabra;
salutífera miel contra tus males
en panales de pan mi fe te labra.
Si con el fin de tu colmena sales,
obligarásme a que las puertas abra
de mi poder.
ABEJA:
Cantadle el bien venido,
al Colmenero de mi amor pulido.
Cantan [dentro]
"Pastorcico nuevo,
de color de azor,
bueno sois, vida mía,
para labrador.
Pastor de la oveja,
que buscáis perdida,
y ya reducida
viles pastos deja;
aunque vuestra abeja
pace vuestras flores,
si sembráis amores
y cogéis dolor,
bueno sois, vida mía
para labrador."
Vanse cantando y lleva el COLMENERO
de la mano a la
ABEJA y salen el OSO y el MUNDO
OSO:
¿Qué nueva música y canto
es, Mundo, el de aqueste día?
¿En el valle hay alegría,
donde se avecina el llanto?
MUNDO:
Del modo que tú, me espanto.
OSO:
Mi envidia su mal sospecha
Mas, ¿si el Alma satisfecha
recibiese al labrador,
que sembrando con dolor,
viene a lograr su cosecha?
MUNDO:
Presumo que de la sierra
bajó un mayoral al valle
cantando a su hermoso talle
gloria el cielo y paz la tierra.
OSO:
Ése nos viene a hacer guerra
y el reino, Mundo, nos quita.
MUNDO:
Oye la música y grita
con que aumenta mi temor. Cantan de dentro
"Pastorcico nuevo
de color de azor,
bueno sois, vida mía,
para labrador." Sale el PLACER
PLACER:
En regocijos y fiestas
se entretiene el valle entero,
soldemente al Colmenero
le echan el trabajo a cuestas.
Los tristes vengo a llamar;
que pues al Pracer asiste
aquí, nadie ha de haber triste,
váyase al rollo el pesar.
Mas aquí hay gente.
OSO:
¿Quién eres
tú, que tan regocijado,
señales de loco has dado?
PLACER:
Y tú, que saberlo quieres,
¿Quién serás? Que la fiereza
de tu brutal parecer,
si yo no huera el Pracer,
me provocara a tristeza.
OSO:
El oso a quien los Proverbios
llaman hambriento y rabioso.
PLACER:
¡Oxte, puto! ¡Guarda el oso!
OSO:
Soy el rey de los soberbios.
La bestia que Daniel
vio, porque el temor aumentes,
con tres órdenes de dientes
en figura de oso crüel.
El que pudo hacerle a Dios
guerra y competirle el cielo.
PLACER:
¡Ya, ya! En el bellaco pelo
se os echa de ver quién sos.
¿Qué oficio tenéis?
OSO:
El de oso,
que es destruir las colmenas
y panales de obras buenas.
PLACER:
¿Pues no sois de ellas goloso?
OSO:
No las como; pero quiero
quemarlas como a enemigas.
PLACER:
Ya sé que coméis hormigas,
porque sois oso hormiguero.
Mas no seáis atrevido,
ni al colmenar de la Igreja
toquéis, do el alma es abeja,
que un Colmenero ha venido
del Cielo; mira si escampa.
OSO:
Pues eso, ¿qué me ha de hacer?
PLACER:
Allá lo echaréis de ver
cuando caigáis en la trampa.
¿Quién es el que está con vos?
OSO:
El Mundo.
PLACER:
¡Oh, casa de locos!
Manda potros, y da pocos.
Para en uno sois los dos.
Voyme a ver la miel divina
que me heis detenido mucho.
Quédate, negro avechucho,
cascos lucios, trementina. Vase
MUNDO:
¡Que así nos trate un grosero!
OSO:
Déjale, Mundo, a atiende
que nos agravia y ofende
este nuevo Colmenero.
Que yo, que en el Monte Santo
la tercer parte de estrellas
derribé, dando con ellas
en el reino del espanto,
y al vice-Dios engañé
con el bocado costoso,
pues soy tigre, león y oso,
el colmenar destruiré
que labra el Alma.
MUNDO:
Pues él
es Colmenero, yo quiero
ser fingido colmenero.
Mis deleites serán de miel.
De mí mismo haré colmena,
siete pecados mortales
tengo, que serán panales.
OSO:
La miel de la carne es buena.
MUNDO:
Con ella engañar podremos
el alma Abeja los dos.
OSO:
Guárdala el temor de Dios.
MUNDO:
Al Cuerpo convidaremos,
que es un zángano glotón,
y puede tanto con ella,
que será fácil traella
a comer su perdición.
OSO:
Oso soy, y así me fundo
en quemarla el colmenar.
MUNDO:
Al alma pienso cazar,
que es liga la miel del Mundo. Vanse y salen el CUERPO, de villano muy tosco, y la ABEJA
ABEJA:
¡Alto, Cuerpo! ¡A trabajar!
Que habemos de hacer los dos
una miel para alabar
y dar mil gracias a Dios.
CUERPO:
Siempre me hacéis reventar.
Dejadmos dormir.
ABEJA:
Quien deja
la labor, luego se queja,
no dándole de comer.
CUERPO:
¿Por qué tengo yo de ser
el zángano y vos la abeja?
¿Por qué, con comida escasa
he de trabajar yo tanto,
que después que el día se pasa,
sólo me dais pan de llanto,
y sois la mandona en casa?
Vos la curiosa y polida,
en el estrado asentada,
la regalada y servida,
del Colmenero estimada,
en su amor embebecida,
y yo cubierto de andrajos,
siempre con oficios bajos,
cargado de tierra y lodo,
cayendo sobre mí todo
el peso de los trabajos?
Dejaos de tantos respetos
y no andéis tan engreída,
formando siempre conceptos,
porque esta vida no es vida
para llegar, Alma, a nietos.
Trabajad, pues yo trabajo,
que no sois más noble.
ABEJA:
¿No?
CUERPO:
No pues, aunque Dios os trajo.
ABEJA:
¿Soy hija del lodo yo
como tú, grosero bajo?
CUERPO:
¡Oh! Luego saca una hestoria
de Calainos. ¿Memoria
mos queréis agora her
de que sois una mujer
de carta de ejecutoria?
Pues sabe, doña Entonada,
si queréis ser la señora,
que no sois más que criada;
y que el que os estima agora,
vos hizo...
ABEJA:
¿De qué?
CUERPO:
De nada.
ABEJA:
Y del polvo de la tierra
a ti.
CUERPO:
¡Verá qué engreída
está de que en mí se encierra!
¡Por Dios, que mos dais la vida!
ABEJA:
¿Pues no te la doy? Destierra,
Cuerpo, esos humos villanos,
pues ser y valor te doy,
sentidos y actos humanos.
CUERPO:
¿Qué valéis sin mí, que soy,
Alma, vuestros pies y manos?
ABEJA:
Y prisión donde me encierra
el mismo que ser me ha dado.
¿Siempre hemos de estar de guerra?
Acaba, que eres pesado.
CUERPO:
¿Qué mucho, si so de tierra?
ABEJA:
Cuerpo, Dios en su vergel
y sagrado colmenar
nos puso para que en él
vengamos a trabajar
y labremos dulce miel.
CUERPO:
Pues el trabajo reparta,
si a trabajar mos envía;
que nunca os veis, Alma, harta
de contemplar con María,
reventando yo con Marta.
ABEJA:
Yo satisfaré tu queja;
el colmenar, que es de Dios,
en nuestra custodia deja
y en él nos llama de los dos...
CUERPO:
Zángano a mí.
ABEJA:
Y a mi Abeja.
Entre tanto que yo vuelo,
elevándome hasta el cielo,
y en sus prados celestiales
flores espirituales
cojo, con el mismo celo
tú, mi compañero fiel,
has de acarrear despojos
al colmenar, porque en él
con el agua de tus ojos
se labre sabrosa miel.
La cera, con la piedad
de tu corazón, que tierno,
cera será de humildad,
que derrita el fuego eterno
de la inmensa caridad.
Y pues el ser de mí cobras,
mientras que conmigo labras,
por más que en las quejas sobras,
con flor de buenas palabras
harás miel de buenas obras.
Mis si fueres descuidado,
el castigo te ha de hacer
diligente y avisado.
CUERPO:
Y cuando a Dios vais a ver,
¿os dará el mijor bocado
a vos, pasando los males
yo que veis, por los panales
que labramos en el suelo?
ABEJA:
Gloria tienen en el cielo
los sentidos corporales
también. ¡Alto, a trabajar!
CUERPO:
Si el Oso viene, ida vos,
¿quién le tiene de esperar?
ABEJA:
El temor santo de Dios
es guarda del colmenar.
No temas lo que te encarga.
Mi conseja haz al momento.
Vase
CUERPO:
¿Vuesa bestia soy de carga?
Pues si me llamáis jumento,
quiero echarme con la carga.
¿Todo ha de ser trabajar? Siéntase
¿Piensa que soy de guijarro?
Pudiera considerar
que soy un vaso de barro
y que me puedo quebrar.
¿El zángano no me han hecho?
Pues si los zánganos son
perezosos, aquí me echo.
trabaje ella, que es razón;
pues que se lleva el provecho. Échase y duerme
Y no viva con ventaja,
pues que desfruta el enjambre,
sino sepa, pues me ultraja,
que matándome de hambre,
quien no come, no trabaja.
Salen el MUNDO, de colmenero, [y] el OSO, y cantan
MÚSICA:
"A la miel de los deleites,
que el Mundo da n su vergel!
A la miel, a la miel!"
OSO:
El Cuerpo dormido está,
la razón y el alma ausente;
su sueño ocasión nos da
a que el colmenar presente
se abrase. Acábese ya.
Cantad, mientras las colmenas
destruyo del Alma, llenas
de sus propósitos santos.
Piérdanla vuestros encantos,
sed de este golfo sirenas.
MUNDO:
Si al Cuerpo hechizas así,
al Alma traerás tras ti.
OSO:
Engaño, vuelve a cantar.
MUNDO:
Hoy al alma he de gozar
pues que durmiendo al Cuerpo vi.
MÚSICA:
"A la miel de los deleites,
que el Mundo da en su vergel!
¡A la miel, a la miel!"
Despierta
CUERPO:
¿Quién pregona miel aquí?
MUNDO:
El Mundo.
CUERPO:
Su mosca soy.
Hambre tengo; a comer voy.
¿Sois vos quien la vende?
MUNDO:
Sí.
CUERPO:
¿A cómo la dais?
MUNDO:
A precio
del alma.
CUERPO:
Caro vendéis.
El Cuerpo soy. ¿No queréis
mis sentidos?
MUNDO:
Quita necio.
Es la miel por excelencia.
CUERPO:
Por eso la había de dar.
Si el Alma me ha de costar,
será cargo de conciencia.
¿Tién buen sabor?
MUNDO:
Exquisito.
CUERPO:
El deseo me estimula,
cosquillas me hace la gula,
brindis dice el apetito.
Sacadme una cucharada.
De un vaso de miel le saca una cucharada, y come
MUNDO:
¿Qué te dice?
CUERPO:
Me quillotra
el paladar. Dadme otra.
MUNDO:
Mas no nada.
CUERPO:
Todo es nada.
Paladeado me dejas;
el Alma te pienso dar
porque me venga a costar
lo que a Esaú las lentejas.
Otra miel el Alma come,
que dice que es como almíbar,
siendo para mí de acíbar.
Mijor es que de éste tome
y el hambre dejaré en calma;
que no es lo que como yo,
ni al Cuerpo hizo buena pro
el manjar que engorda al Alma.
Mas héisla, que viene aquí,
y sin el temor de Dios.
OSO:
Cantad, pues. Cantad los dos.
MUNDO:
¿Gusta de música?
CUERPO:
Sí.
MÚSICA:
"El mundo, huerto pensil,
as labrar colmenas llama,
y por el viento sutil
abejitas de mil en mil,
saltando y volando de rama en rama,
pican las flores de la retama
y las hojas del toronjil." Sale la ABEJA
ABEJA:
El temor de Dios perdí.
Guióme mi desconcierto
por un áspero desierto.
¿Dónde iré, triste de mí?
De los límites salí,
que mi Colmenero santo
me puso; todo es espanto,
todo miedo torpe y vil.
CUERPO:
Alma, tu cuerpo gentil
para darte miel te llama.
MÚSICA:
"Y por el viento sutil
abejitas de mil en mil,
saltando y volando de rama en rama
pican las flores de la retama
y las hojas del torongil."
ABEJA:
Cuerpo, ¿es éste el colmenar
donde te dejé?
CUERPO:
¿Pues no?
ABEJA:
El temor se me perdió
de Dios, hallóme el pesar.
CUERPO:
Aquí te puedes holgar.
ABEJA:
¿Y mi amante Colmenero?
MUNDO:
Soy yo, mi Abeja, que quiero
darte miel de vanagloria.
ABEJA:
Perdí también la memoria
de mi labrador primero.
No sé si eres tú.
CUERPO:
¿No basta
que yo te diga que sí?
ABEJA:
Siempre me llevas tras ti.
CUERPO:
¿Pues no somos de una casta?
ABEJA:
La tristeza me contrasta,
aflígeme un miedo vil.
CUERPO:
Ten ánimo varonil.
Goza el Mundo que te llama.
MÚSICA:
"Y por el viento sutil
abejitas de mil en mil,
saltando y volando de rama en rama
pican las flores de la retama
y las hojas del torongil."
Vanse cantando
Sale el PLACER
PLACER:
El Oso ha bajado al valle.
Labradores, ganaderos,
guardáos del Oso infernal
que cerca vuesos aperos.
Las colmenas que labraba
el Alma, engañando al Cuerpo,
todas las ha derribado.
Propósitos y deseos
que brotaron tan floridos,
flores han sido de almendro
que sin llegar a las obras
las ha marchitado el cierzo.
Robado está el colmenar,
las colmenas por el suelo,
los jardines arrancados,
que el Oso los puso fuego. Dentro
VOZ:
¡Guarda el Oso! ¡Guarda el Oso!
PLACER:
¡Ah, divino Colmenero,
salid a caza, matadle,
pues la Abeja vos ha muerto!
Sale la ABEJA, vestida de luto y sin alas
ABEJA:
Hechizos me ha dado el Mundo.
¡Aquí de Dios, que me enciendo!
¿Ésta es miel? Ésta es ponzoña.
¡Agua, que me abraso, cielos!
Miel es esta de retama,
de adelfas, panal que han hecho
en vez de abejas, avispas.
¡Agua, que me abraso, cielos!
Perdí el camino. Engañóme
el apetito del Cuerpo.
Llegué al colmenar del Mundo.
Colmenas vi del infierno,
cayéronseme las alas
porque no volase al cielo.
Hambrienta estoy porque el Mundo
no satisface deseos.
¡Que me abraso, divino Colmenero!
¡Dadme agua de gracia que perezco!
PLACER:
¿Qué tenéis, buena mujer?
ABEJA:
Rabia, pena, rejalgar.
PLACER:
Llena os vi yo de pracer.
ABEJA:
Después que admití el pesar,
no le puedo conocer.
Yo soy la misma ignorancia,
siendo el alma.
PLACER:
¿El alma? Negra
estáis. Ésa es la ganancia
del Mundo, con quien se alegra
la ambición y la arrogancia.
¡Qué fraca estáis y roín!
El zángano os ha vendido
y está como un paladín,
gordo, que no le ha venido
como a vos su San Martín.
¿No érades la Abeja hermosa
del colmenar de la gracia?
ABEJA:
Ya soy avispa enfadosa,
araña, toda desgracia,
víbora soy ponzoñosa.
Una mortal golosina,
desterrándome de Dios,
mis potencias desatina.
PLACER:
No lo comiérades vos;
mijor huera una gallina.
Dios de balde os dio en la venta
cuanto su poder crió,
pero hendo con vos la cuenta,
más la manzana os costó
que al corito la pimienta.
El zángano, con moscones
triunfa.
ABEJA:
En su cárcel me encierra;
oprímeme en sus prisiones.
PLACER:
Mal andáis. ¿Qué coméis?
ABEJA:
Tierra.
PLACER:
Pues tendréis opilaciones.
Vos estáis bien mal casada.
ABEJA:
A un villano me dio Dios,
que cuanto estimo le enfada.
PLACER:
Luego diremos por vos,
"la bella malmaridada."
Mas quien con villano se casa,
si es noble, busca contienda,
que es lo que en el mundo pasa.
¿Trajo el Cuerpo mucha hacienda?
ABEJA:
Sólo el casco de la casa.
PLACER:
¿Y vos?
ABEJA:
En dote le di
todo su ser y riqueza.
PLACER:
¿Que tan rica érades?
ABEJA:
Sí.
No alzara el Cuerpo cabeza
jamás, a no ser por mí;
porque él es un hospital
en donde me humilla Dios.
PLACER:
Fegura tiene él de tal,
porque en dejándole vos,
luego huele el Cuerpo mal.
Pero pues enferma estáis,
abeja descaminada,
aquí os darán miel rosada,
con que en vueso ser volváis
si con dolor os purgáis.
El divino Colmenero
que tanto os amó primero,
miel saludable fabrica
que su colmena es botica.
ABEJA:
¡Ay Dios, que por él me muero!
PLACER:
En el jardín del amor
ha labrado un colmenar
cuya miel basta a sanar
la lepra del pecador.
Su divino labrador
curará vuesos dolores.
ABEJA:
¡Ay, que olvidé sus amores;
de mí tendrá justa queja! Llora
PLACER:
Llorad, llorad más, mi Abeja,
que estos llantos son sus flores.
{{Pt|ABEJA:|
Jardinero, tú que labras
con industria celestial
tu cuerpo mismo en panal
con solas cuatro palabras,
la puerta te pido que abras
del colmenar peregrino
donde es el amor divino
la abeja que almíbar saca,
para mis culpas triaca.v
PLACER:
Él canta, a tu llanto vino. Canta de dentro
COLMENERO:
"Que besóme en el colmenaruelo,
y yo confieso,
que mi paz le dio su beso."
ABEJA:
¡Ay, voz dulce y amorosa!
Ese beso en los Cantares,
para aliviar mis pesares,
le está pidiendo la esposa.
La encarnación misteriosa
fue el beso que tu grandeza
dio a nuestra naturaleza.
vistiendo mi mortal velo. Dentro
COLMENERO:
"Que besóme en el colmenaruelo,
y yo confieso,
que mi paz le dio su beso."
ABEJA:
Abre el colmenar divino,
que ya por verle me muero.
Amoroso Colmenero,
remedia mi desatino. Sale el COLMENERO
COLMENERO:
¿Qué es esto, Abeja perdida?
¿Cómo vienes de esta suerte?
De rodillas
ABEJA:
Escapéme de la muerte
viéndoos a vos que sois vida.
COLMENERO:
Despreciaste mi temor,
y el Oso infernal y ciego
puso a tus colmenas fuego,
mas téngote tanto amor
que, pues vuelves, no hago cuenta
de que me hayas ofendido.
Daréte, pues has venido,
pan y miel; que estás hambrienta.
Ese llanto me provoca.
ABEJA:
¡Oh, qué dulces en mis labios
son esos requiebros sabios!
¡Más que miel son en mi boca! Salen el MUNDO, el OSO, el CUERPO, y músicos diversos que se pondrán unos al lado del COLMENERO, y otros al lado del MUNDO, y la ABEJA se queda en medio sin saber a quién seguir
MUNDO:
Cantad deleites profanos,
que el alma se nos retira.
OSO:
Cante el engaño y mentira
que se nos va de las manos.
COLMENERO:
Cantad, deleites divinos,
porque el cielo gozo siente
cuando un alma se arrepiente
y llora sus desatinos.
MÚSICOS 1:
"Para el colmenar eterno
que miel y manteca da,
por aquí van allá.
MÚSICOS 2:
Para el colmenar del Mundo,
que se enamora de ti,
ven por aquí.
MÚSICOS 1:
Ésta sí que es miel del justo;
ésta sí que es miel.
MÚSICOS 2:
Aquí está la miel del Mundo;
ésta sí que es miel.
MÚSICOS 1:
Aquí Dios su cuerpo puso;
ésta sí que es miel.
MÚSICOS 2:
Aquí el vicio ofrece gustos;
ésta sí que es miel.
MÚSICOS 1:
Para el divino vergel
donde Dios oculto está
por aquí van allá.
MÚSICOS 2:
Para el colmenar del Mundo,
donde mil gustos comí,
van por aquí."
CUERPO:
Alma, el Mundo es colmenero.
Con sus gustos me va bien,
para ti son todos, ven.
Descúbrese un jardín al lado izquierdo con tres colmenas cerradas
MUNDO:
Regalarte, Abeja, quiero.
En aquestas tres colmenas
hallarás dulces panales,
que satisfagan tus males,
y den alivio a tus penas.
Ésta es de la carne. Aquí
la miel del deleite ves,
del amor y el interés,
que hay honra y provecho en mí.
De almíbar sus vasos llenos
tiene el panal, come de él.
PLACER:
Si es de la carne esa miel
no es miel virgen a lo menos.
OSO:
Del Príncipe de Aquilón
es la colmena siguiente.
PLACER:
Príncipe será de ungüente
quien se llame Diaquilón.
¿Vos príncipe? ¡Doos al diablo!
OSO:
La miel de la idolatría
para ti mi panal cría,
y en ella tu gusto entablo.
PLACER:
No es miel, sino trementina
la que el diablo puede dar;
que en su amargo colmenar
no hay más que pez y resina.
MUNDO:
Esta colmena es del Mundo
dedicada para ti;
llégate y triunfa que aquí
tus felicidades fundo.
Aquí está el panal sabroso
de los reinos, los estados,
honras, coronas, ducados,
con el laurel victorioso.
Aquí el juego, aquí el favor,
la privanza, la hermosura,
la mocedad, la ventura,
la gentileza y valor;
el panal dulce en que fundo
las medras del lisonjero
y aquí el panal del dinero,
que es el que gobierna el mundo.
PLACER:
Toda esa miel empalaga.
COLMENERO:
No lo es más que en la apariencia.
Llega y verás la experiencia
para que te satisfaga,
su fingida ostentación,
llena de engaños y penas.
Haz abrir esas colmenas
santa consideración. Ábrese la primera y descubre una muerte
MUNDO:
Llego a abrirlas. Ésta es
de la carne.
PLACER:
¿Carne es eso?
Ahí no hay carne, todo es hueso.
ABEJA:
¡Ay de mí!
CUERPO:
¿Qué es lo que ves?
ABEJA:
Veo un cadáver inmundo
que me causa asco y horror.
COLMENERO:
La miel del lascivo amor
es ésta que ofrece el Mundo.
Aquí los deleites vanos
paran de la carne infiel.
CUERPO:
Bueno es convidar a miel
y dar huesos y gusanos.
PLACER:
No voy yo a vueso pesebre Ábrese la segunda y sale mucho heno y paja
CUERPO:
¿Los panales eran esos?
¿pregonáis carne y dais huesos?
El gato vendéis por liebre.
¡Huego en vos!
MUNDO:
Este segundo
es donde mis honras tengo;
aquí la ambición mantengo
de los príncipes del mundo.
CUERPO:
Decí, habrador de ventaja,
¿son vuesos panales ricos
ésos? ¿O pensáis borricos
que mos convidáis con paja?
PLACER:
Mal vos haga Dios. ¡Qué lleno,
Mundo, andáis de vanagloria!
COLMENERO:
Paja es del Mundo la gloria.
Alma, toda carne es heno.
¿Por prendas que son tan bajas
mis dichas quieres perder?
CUERPO:
Albarda debéis de ser
que tién las tripas de pajas. Ábrese la tercera y salen muchos cohetes y fuego
COLMENERO:
Abre esotro corcho luego,
verás qué se encierra en él.
ABEJA:
¡Ay, cielo!
CUERPO:
¡Huego en tal miel!
PLACER:
¿Fuego dices? ¿Qué más fuego?
CUERPO:
¡Miren qué gentil convite
nos hizo el Oso bestial!
¿De miel es ese panal?
Llámole yo de alcribite.
PLACER:
Colmena que es del infierno,
¿qué puede dar sino chispas
siendo diabros las avispas
y la miel su fuego eterno?
CUERPO:
No más miel que amarga tanto.
Ya mis pasos reducidos
vos traen presos los sentidos.
¡Perdón, Colmenero santo!
COLMENERO:
Huid de mi acatamiento
bienes que en males resumo;
huid, pues todos sois humo,
heno todos, todos viento.
TODOS:
¡Huyamos!
CUERPO:
¡Verá se escampa! Húndese el MUNDO, el OSO y sus MÚSICOS, y salen muchas llamas
Cayó el Mundo lisonjero,
y el Oso torpe hormiguero,
como lobos en la trampa. En otro jardín frontero muy curioso esté una colmena dorada grande, y abierta, y dentro un cáliz, y sobre él una hostia
COLMENERO:
Otra colmena mejor
he labrado para ti.
Ven, Alma, acércate aquí.
Prueba de mi amor la miel.
MÚSICOS 2:
"Vengan a comer
los hijos de Adán
este pan de azúcar
que es panal y es pan."
CUERPO:
Todo me duermo, Pracer.
Vase
PLACER:
Haces bien, que los sentidos
y el Cuerpo han de estar dormidos
cuando el Alma ha de comer.
COLMENERO:
Éste es el maná mejor
que el que en los campos desiertos
comieron los padres muertos,
que es inmortal su sabor.
Come, porque te aproveche,
será la paz de tu guerra.
Siéntate, que ésta es la tierra
que produce miel y leche.
Soy león de Judá real.
Come, imitando a Sansón,
que en la boca del león
halló el místico panal.
ABEJA:
Soberano Colmenero,
tu Abeja llega rendida
a esa miel que es pan de vida,
a ese pan, tierno Cordero.
Que, aunque el llegarme sea mengua
por ser yo tan pecadora,
tu dulzura me enamora
porque es leche y miel tu lengua.
Enigmas de la Escritura
por ti, mi Dios, he sabido,
pues que miel has producido,
del fuerte salió dulzura.
Sólo en esta miel espero,
por ser deleitoso abismo,
miel que es pan, pan que es Dios mismo,
miel sabrosa de romero,
miel que por ser medicina,
y de romero, es de Dios,
y porque acerca de vos
soy romera y peregrina.
Es de romero divino,
pues sois, dulce Colmenero,
un peregrino y romero
que haciendo vuestro camino
peregrinasteis un día
a una ermita y devoción
en que hicisteis estación
llamada Santa María.
Cual peregrino venisteis,
pues cubriendo la grandeza
de vuestra naturaleza,
nuestra esclavina vestisteis.
Y peregrináis tan bien,
que del uno al otro polo
sois vos peregrino solo,
mi Dios, en Jerusalén.
Pues siendo humano y divino
la vida disteis por mí,
mostrando, mi Dios, así,
ser vuestro amor peregrino.
Y así, dulce Colmenero,
con humildad llegaré
y este panal comeré
por ser de miel de romero.
COLMENERO:
Llega, Abeja, en hora buena,
que para fin de tu mal,
miel virgen es el panal
y virgen en la colmena.
Cifra es de mis gracias todas.
Llega a sus delicias sumas.
Renueva otra vez las plumas. Desnúdase el luto y pónela las alas y queda como el principio
Vístete, Abeja, de bodas.
La penitencia te dé
nueva vida, nuevas alas.
Mi amor te vuelva las galas.
Aliméntete mi fe.
Deja ese ropaje negro,
librea vil del pecado.
ABEJA:
¡Ay, Colmenero sagrado,
lo que en serviros me alegro!
Vuestra gracia y mesa franca
ha de eternizar mi vida.
COLMENERO:
Denla a mi Abeja querida
de mi gracia pluma blanca;
que mi cuerpo darla quiero
en la miel del pan süave.