El clavo y el martillo
-«Mal hayan amén tus golpes;
-decía el clavo al martillo-
»¿qué daño pude yo hacerte
»que me aniquilas impío?»-
Y el martillo contestaba:
-«No te destruyo; te afirmo.
»Quien mayor virtud pretende,
»necesita ser sufrido.»-