El canto de Amarilis
Quitad allá las ciencias,
dejadme mis amores.
allá dispute el sabio,
otro piense, y yo goce.
Denme a mí de Amarilis
oír los cantos acordes,
que encienden en mi pecho
mil amantes ardores.
Que Florián a Trigueros
le colme de loores,
que Forner satirice,
y Guarinos elogie;
y que estas necedades
diviertan a la corte,
¿qué a mí, que odio los lauros
de Minerva y Mavorte?
¡Oh, pueda yo beodo
las suavísimas voces
escuchar de Amarilis,
y arder en sus amores!
La vida es deleznable,
veloz el tiempo corre;
pues gocemos placeres,
y evitemos dolores.
¿No ves marchito el prado,
y secas ya las flores?
¿No ves de escarcha y hielos
coronados los montes?
Unas en pos de otras
se van las estaciones;
la juventud con ellas
¡ay! huye y los amores.
Ligero el tiempo vuela;
pues ¡ah! no le malogres.
¿Qué sabes si más vida
te conceden los dioses?
Ya he visto yo los filos
de las tajantes hoces
segar la seca espiga
con las lozanas flores.
Vivamos y gocemos
antes que triste llores
tu engaño, y tu hermosura
la llames y no torne.