El cabello tendido por el manto

El cabello tendido por el manto
de Lope de Vega
A la Visitación
Soneto LXXXII
   El cabello tendido por el manto, 
que humilde el sol para corona estima,
María llega a que en su prima imprima,
amor los brazos, que ella baña en llanto.
   «Bendito el fruto de tu vientre santo»,
dice Isabel a su querida prima,
y ella responde: «Mi humildad sublima
Dios, que por ella me engrandece tanto».
   El monte se conmueve a su alabanza,
y los pastores tan alegremente,
que reventaba por hablar un mudo.
   Juan de contento salta, baila y danza,
que el maestro que entonces tiene enfrente,
es el más primo que tocar le pudo.