El burro astrólogo

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


El burro astrólogo.

Un rey que era muy amante de los astrólogos llevaba consigo uno, á quien preguntó cierto dia:

— Dime, ¿lloverá?

— Aseguro á V. M. un bello tiempo.

Pasaba á la sazón un labrador montado en su burro, y el rey le preguntó lo mismo.

— Señor, dijo el labrador; según tiemblan las orejas de mi asno, lloverá muy pronto.

Efectivamente, á poco rato comenzó una abundante lluvia. Sonrojóse el astrólogo, y el rey dijo:

— Creo que la plaza de astrólogo es inútil, y que, á ser necesario proveerla por oposición, se debía al burro de justicia.