Cada vez que llegaba al Callao el cajon de Espaiia, como si dijeramos boy la valija de la mala real, suceso magno que, por lo menos, se realizaba tres veces en el alio, anun- ciabase tan fausta nueva a los honrados pobladores de esta ciudad de Lima con general repique de campanas. Era de ver entonces la animation del vccindario, y como entraban y salian a la casa de pastas en demanda de cartas y Avisos^ que tal era el titulo del linico periodico que, hasta fines del s\g\o XVII, se publicaba semanalmente en Madrid.

Como es sabido, fue solo en el ultimo cuarto del pasado siglo cuando, en Lima, empezamos a tener periodico propio. Hasta entonces viviamos exclusivamente^ en materia de prensa, de la vida de la Metropoli.

Todo espanol, con deudos 6 amigos en Madrid, era aga- sajado por estos con el envio de un paquete de Avisos^ aga- sajo que nuestros abuelos agradecian cordialmente, porque era, para ellos, como un soplo de las brisas patrias.

Cada Aviso era leido y releido en familia desde el titulo hasta lo que, en tipografia, se llama el pie de imprenta; y en los ratos de huelga veiase al honrado mercader, tras el mos- trador de la tienda, Aviso en mano, y dando cabezadas. . El Aviso^ salvo cuando la importancia de los sucesos exi- gia numero extraordinario, se publicaba los sabados. For- mabalo un pliego, en folio menor, a cuatro columnas por pagina.

Empezaba por la iasa 6 precio del papel, que era de 34 maravedises, y la Ucencia que el escribano de la Real Ca- mara acordaba para la publicacion, por no contener nada di-


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soirante a la verdad catolica, ni agravio a la Magestad real. Era esta una especie de censura previa, contra la que ha- briamos puesto el grito en el setimo cielo los escritores de ogaiio.

Seguia el editorial con el epigrafe Avisos de la Semana y que era una apreciacion, siempre en sentido ministerial, de la politica europea 6 de alguna alta cuestion de Estado.

Venia luego un extract© de las sesiones de las Cortes, Consejo de Indias, Consejo de Ordenes, Ayuntamiento de Madrid, Consejo de Gobierno y, por fin, las Reales Cedulas de importancia. Era esta, como quien dice, la seccion ofi- cial y que mas nos interesaba a los peruleros; porque a veces, nos' traia alguna pragmatica que nos partia por el eje, ocasionando dolores de cabeza a virrey y vasallos.

A continuacion entraban las cartas de los corresponsales de America y Europa, y tras estas la gacetilla. Para dar una idea a nuestros lectores de como se escribia la cronica, en aquel siglo, reproduciremos varios sueltos.

— Nos escriben de Malaga que ban excomulgado al co- rregidor, por haber mandado dar garrote a un hombre, que ni pudo terminar siquiera la confesion, tanta fue la prisa de los jueces.

— Se ban vuelto a juntar los cronistas para el arreglo de lo del Sacro Idonte de Granada. El Papa quiere que se re- mitan a Roma las reliquias; pero tanto el cronista mayor Pellicer, como Gil Gonzalez, se ban opuesto, y S. M. ha mandado conforme a lo que opinaron los cronistas.

— Corren papeles impresos escritos por D. Jose Gonzalez y D. Alonso de la Carrera, sobre asuntos de Estado. Con- tienen reflexiones justas y provechosas, que debieran ser atendidas. Los ministros no consideran en lo que deben a los papeles publicos, que son consejeros de conciencia, ya que en tener conciencia y aconsejar bien esta su estimacion y su ganancia.

— Se han mandado vender todos los oficios de Indias. La nueva causo en la villa asombro; pues despues de haber- se vendido la jurisdiccion de muchos lugares, no se imagi- iraba que se llegara a tanto.

— El 21 aparecieron unos carteles que decian: que quien supiese de un nino de ocheiita anos, con espada cefiida y vestido de terciopelo, que se llamaba D. Diego Alvarado Valle de !a Cerda, lo dijere, y le darian hallazgo.» Y luego


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otro que decia: calla^ bufbn^ que ya parecio en la Inqni- sicieH.

—El domingo pasado entro monja, en las Descalzas Rea- les, k sefiora dona Catalina Vargas, hija del Sr. D. Juan de Vargas, vizconde del Puerto y primer caballerizo. Llamo- se Sor Catalina de la Madre de Oios. Asistieron los Re- yes, tarde y mafiana, y la Reina comio en el convento y dio de comer a las religiosas.

— Dicen que prendio la Inquisicion a don Diego Valle, sobrtno de D. Pedro Valle de la C-^rda. No se sabe si se- ra cosa de herejia; pero la Inquisicion anda muy Jiligente; pues solo a nuestros pecados se deben tantos sucesos infeli- ces, y solo castigando a los perversos puede perdonarnos Su Divina Magestad.

—Ha pocos dias, el genoves Francisco Maria Piquenoti quebro, y se torno loco por haber muerto su cajero. Desde que se supo, su casa se Ileno de gentes que, con ansias mor«  tales, preguntaban por la suerte del dinero que tenia Pique- noti ganando interes. Decian unos que el cajero lo habia robado; otros quo Piquenoti tenia demasiados coches, lindos caballos, libreas, galas y lacayos. Lo cierto fue que quebro en Barcelona, a causa de la guerra, algun mercader que tenia dineros de Piquenoti; esta es la razon de la desgracia. Antes de ayer murio, y ayer lo enterraron. Iban en el entierro ocho religiones; los hermanos de Sin Juan de Dios, que Ue- vaban el cuerpo; los nifios de la Djctrina y Desamparados; todo el Cabildo; veintidos pobres con sus hachas de cuatro palmos; muchas cofradias y sus mayordomos con cetros. El cuerpo iba en una caja cubierta de bayeta.

— En una de las ultimas sesiones del Regimiento, D. Francisco de Alva y Guzman comisario de la limpieza, dijo que se gastan 38,000 maravedises en la misma,' a mas del sueldo de muchos oficiales, y que siempre esta todo sucio. El seiior don Francisco contesta a nuestros ataques, que no puede hacer cumplir lo que esta ordenado, por que los demds Regidores y grandes sehores prefieren dar a sus paniaguados oUcios y dineros de la villa, a que esten cbmodos los vecinos,

—El Regimiento ha acordado dar al secretario del Sr. Presidertte de Castilla doscientos ducados de ayuda de cos- ta, y con esto son mas de tres los donativos que se han he- cho. Se conoce que los rejidores no lo sacan de su bolsa.

Como se ve, los cronistas de ahora son cortados por el


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mismo patron que los de hace dos siglos. Las gacetillas del Aviso, en poco 6 nada discrepan de las del Comcrcio y demas diarios de nuestra hoy republicana capital.

Seguia a la cronica, y con el titulo de Culto^ la vida sucin- ta de los santos de la semana, y la relacion de las distribu- ciones relfgiosas en los diversos templos, sin olvidar, se en- tiende, el nombre de la iglesia donde estaba el jubilso y si el dia era de sacar anima, de vigilia 6 de ayuno.

Entraban luego algunos renglones sobre el estado sanita- rio y meteorologico de Madrid, y a continuacion venian da- tes sobre el mercado: — veanse estos, por ejemplo.

— El trigo se vendio ayer a 24 reales fanega. Ha baja- do algo por la gran cantidad que trajeron los galeones de Indias. Me alegro por los pericotes.

— La carne de vaca ha subido mucho. Se vende a 60 maravedises la libra. La carne de cerdo no se puede com- prar de puro cara: una testuz cuesta 15 maravedises y las pajarillas 18. Ahitense, glotones!

— Los panaderos piden se suba dos maravedises a cada panecillo Jesucristo!

— El chocolate a buen precio, por la gran remesa de Ame- rica. No todo ha de ser desdichas.

— Los bunuelos, que costaban a 18 maravedises la libra, quieren subirlos a 20. Me opongo como hay Dios.

De cotizaciones bursatiles parece qus no se ocuparon los Avisos. Verdad que todavia no se habian inventado los bonos, cupones, cedulas y demas enguinfingalfas modernas. Ni siquiera el italianoTonti habia descubierto las polizas tontinas 6 para tontos.

Remataba la ultima pagina con los Anuncios^ seccion que, en el siglo actual, ha hecho millonarios a los duenos del Times de Londres y que, en el resto del mundo, hay perio- dicos, no pocos, a los que esa seccion basta para hacer caldo gordo. Diganlo el Herald de Nueva York y Xs^Pyen- sa de Buenos Aires. Apenas si el Aviso lograba llenar una columna de avisos. Entre ellos he leido algunos que, por ser tipicos de la epoca, quiero reproducir.

— EspADERO. Pedro de Salinas vende espadas de perillo y pufiales de Toledo. En su casa enseiia el manejo de la espada cientificamente. En lin dia se aprenden las cuatro generales y, con un buen animo, no se necesita mas para que el enemigo vaya a dar cuenta a Dios de sus pecados.


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— Francisco Mudarra, platero y joyero, vende anillos pa- ra las orejas con unas calabacillas de coral que enamoran.

— Sebastian Caldiche, calle de Alcal&. — Pasteles de liebre y de conejo, gallos mechadoscon tocino que parecen polios. Hay aposentos para comer a solas con una dama.

— Sastre: Pedro Canalesa, calle de la Amargura. — Vende calzones abiertos, para que se vean debajo los de lienzo, y sepan todos quien los tiene.

— Bernardo Alegre, portal de Baileros. — Alamares de plata, los hay de toda clase y para todos, aun para los que tienen la bolsa escueta.

—A los galanes y damas, tienda del portugucs, Puerta del Sol. — Se ensenan modos de hacerse lunares, tefiir las canas y enrubiar el pelo.

— Quitadora de vello junto al Buen Suceso — Quita el ve- llo con vidrios, y si tiene canones repela con un hilo. Agua que conserva el rostro limpio y sin arrugas. Papel para dar colorido a las mejillas, hecho con sangre de murice. Limpia los dientes con palillos celestes. Tiene carboncillos para pintar las cejas.

— Vicente Simon, calcetero, al lado de la carcel de la Vi- lla — Medias de pelo y de arrugar. — Calcetas de hilo con algodon, que hacen buena pierna. Se enseiia el modo de ponerselas para que no se conozca que hay relleno— A las damas. Unico, barato y bueno— Ahuecadores de cuatro varas y no mas, por no permitirlo la pragmatica.

— Pedro Blamat, el de Gante, vende tapices flamencos con bellas figuras que, en tristeza, divierten y, en soledad, acompafian.

-—El licenciado Juan Rodriguez, botlcario y alquimista, se pinta. solo para las enfermedades del bazo y del higado. Todos sanan, y si alguno muere es porque asi convendra para el descanso de su alma.

Esta visto que el charlatanismo y el bombo no son inven- cion moderna. Varios de los avisos copiados corren pare- jas con los que ahora leemos en nuestros diarios. El ru- fiaa que, anunciandose como confeccionador de pasteles de i d>rey conejo, ofrece cuartos para galan y dama, asi como i bruja que fabrica lunares y tiile canas, y quita el vello ' m vidrios, se han aclimatado entre nosotros. Ahi esta, i ra no dejarme por mentiroso, en dos 6 tres de los diarios

Lima, el aviso de una adivina, echadora de cartas, alge-


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brista de voluntades y propinadora de menjurgcs y panaceas, sin que la Policia ni la Facultad de Medicina pongan coto al libre ejercicio del embaucador y funesto charlatanismo.

Tambien los asuntos domesticos y personates hallaban cabida en el Aviso; y buena prueba de cllo son las cuatro cartitas que voy a copiar, notables por su sabor clastco, a la vez que desvergonzado, y que originaron entre sus auto- res largo litigio, en el que gastaron muchos miles de mara- vedises, mas por el fuero que por el huevo — Dicen asi las cuatro cartitas cabeza de proceso:

— Hanme dicho que estan en su poder cinco fanegas de trigo que son para mi. Enviemelas luego que, de no ha- ceilo asi, lo habre a mal — Dios le guarde— £/ de Cuenca.

— Hanle dicho bien en haberle dicho que estan en ml poder cinco fanegas de trigo, que son para el.

Envie por ellas cuando quisiere, que seria bueno; por- que el gorgojo no se va a lo peor. Advierta que no se me da nada de e/ ni de todos sus e/es, y que otros mejores que e/ me hablan de vuesa merced— Dios le guarde — £/ de Parcja,

— Mucho he habido menester de Dios y de paciencta para sufrir su desvergiienza. Hamela Dios dado por favor g^n- de, pero no fie de ella, que es cerril, y le dara un par de coces— Dios le guarde — El de Cuenca,

— Nada he habido menester de Dios ni de paciencia, co nociendo su ignorancia, para sufrir su desverguenza. Ya se que un asno no puede dar sino una coz; pero guardese de mi baston de acebo, que a macho lerdo arriero loco — Dios le guarde — El de Pareja.

£No es verdad, lector, que las cuatro esquelitas son otras tantas mosquitas de Milan aplicadas sobre la piel? jVaya si debieron arder y levantar ampolla!

No falta quien crea que el folletin, ocupando el piso bajo del periodico, es forma contemporanea. Nada de eso. A la vista tengo Avisos con folletin, titulado siempre Revista de Madrid, En esta el escritor se ocupa, en estilo lijero y muy galano, de las corridas de toros, bailes de sociedad, fiestas de la corte, teatros, critica literaria, bodas en proyecto, chis- mografia en las gradas de San Felipe el Real, y sucesos mas 6 menos cuiiosos de la semana.

Tal fue el periodico que hizo el deleite de nuestros tata* rabuelos.