El arroyo y la alondra

Nuevas fábulas
El arroyo y la alondra

de Felipe Jacinto Sala



Cierto arroyo cenagoso
dijo a la alondra en su vuelo:
-«¿Cómo para ataviarte
»no te miras en mi seno?»-
-«Porque son turbias tus aguas
»y yo me miro en el cielo.»-





El vicioso, en su conducta,
es el arroyo de cienos;
sus obras son aguas turbias
que no sirven para espejo.