El amor y la muerte
El amor y la muerte
armados con el arco y con la aljaba,
juntos viajaban;
y habiéndose internado
en las honduras de sombrío bosque,
cerró la noche.
Allí se detuvieron;
dejaron a granel sobre la yerba
todas sus flechas,
y ansiosos de descanso,
a sus anchas tendiéronse en el suelo
y se durmieron.
Despertáronse al alba;
y Cupido, en lugar de sus arpones,
con mano torpe
cogió los de la Muerte;
y la Muerte a su vez tomó los dardos
del dios vendado.
¡Qué lágrimas, de entonces,
cuesta a la humanidad tamaño yerro;
qué tristes duelos!
Con flechas de la Muerte
suele el Amor herir, con ansia loca,
la gente moza;
y la Muerte, en desquite,
con flechas del Amor y arco certero
hiere a los viejos.