El amigo reconciliado
Por algún accidente no pensado suele quebrarse un vaso cristalino; trátase de soldar con barniz fino, y lógrase por fin verlo pegado. Pero por más que apure su cuidado el ingenio más raro y peregrino, dejarlo sin señal es desatino: siempre quedan señales de quebrado. Así es una amistad de mucha dura: quiébrase la amistad que hermosa fuera; suéldala el tiempo con su gran cordura. Cierto que la amistad se mira entera; pero con la señal de quebradura nunca puede quedar como antes era.