El abad y el monje


​El abad y el monje​ de Félix María Samaniego



Reprendía un abad a un perezoso    
monje que a los maitines no asistía,    
y con ásperas voces le decía:   
- ¿Qué efecto, hermano, tan escandaloso   
 
producirá en cualquiera religioso  
su negligencia? Copie lo que hacía   
todo un rey, un David. ¡Con qué alegría,   
con qué afecto tan tierno y fervoroso   
 
a medianoche el lecho abandonaba 
para orar al Señor! —-Sí, bueno, bravo;    
no hay diferencia,—— el monje replicaba.   
 
—Y cuál?, —ninguna. ¡La pregunta alabo!    
¿Cuál?, que David volvía y se encontraba    
con Micol, yo me encuentro con mi nabo.