El Saco de Roma: 02
Jornada I
BORBÓN, DON FERNANDO GONZAGA, CAPITÁN MORÓN, AVENDAÑO, ESCALONA, GUARDA, MENSAJERO de Roma.
BORBÓN junta su consejo de guerra, sobre el saquear a Roma que ya tenía cercada. El CAPITÁN MORÓN contradice el saquealla, AVENDAÑO y ESCALONA, dos soldados españoles, entran pidiendo el saco que BORBÓN les ha prometido: llega de Roma un MENSAJERO demandando a BORBÓN en nombre de los romanos que alce el cerco, prometido gran suma de dinero para el ejército. Despide BORBÓN el MENSAJERO romano negando su demanda, dando asiento de dar el día siguiente el asalto.
BORBÓN:
Contra el querer y potestad del mundo la bélica, española y fiera gente que sojuzgan la tierra, y al profundo causa terror su brío, y saña ardiente, sin valer la razón en que me fundo, ni ser a su braveza en nada urgente, por sólo su desiño han levantado contra el pueblo de Marte el brazo airado. Testigos sois, o ilustres capitanes, cuan diferente en este hecho he sido, y con cuántos remedios los afanes; de la cercada Roma he defendido; mas la gente española, y alemanes, sin haberse a mi ruego persuadido ponen la escala al romúleo muro, y me piden que de el asalto duro. No está en mi mano, ni su furia admite en este caso parecer contrario, todo a la ira y armas se remite, un solo acuerdo sigue el vulgo vario. La funeral Alectho no permite descanso al crudo ejército adversario de la opresada Roma, que ella incita el daño que administra y solicita. Levántales los ánimos al hecho junto con su feroz naturaleza las recientes victorias, el estrecho en que ha puesto a Toscana su fiereza. Esto no deja sosegar su pecho, esto aumenta más ruego a su braveza. Y así viendo yo esto, y donde estamos, pido que deis el orden que sigamos.DON FERNANDO:
Gran general Borbón, a quien ha sido de nuestro invicto César dado el cargo meritísimamente, aquí se ha oído tu razón, y tu cargo, y tu descargo. Y porque el parecer nos has pedido doy el mío, que al punto sin embargo asaltemos a Roma; éste es mi acuerdo, y lo remito al parecer más cuerdo.MORÓN:
Usando del debido acatamiento si fuere aquí mi parecer acepto digo, gran don Fernando, que ese intento se reponga, y no tenga en esto efecto, que administrar de Marte el violento furor, no lo aconsejo, ni decreto, contra el pueblo que Dios tiene elegido para el vicario suyo instituido. Si esto es de algún valor seréis comigo en acetar mi parecer, piadoso, o por amor, o miedo del castigo reprimiréis el ánimo furioso. Mirad que a Dios hacéis vuestro enemigo, No os atreváis a él, que es poderoso y vengará su injuria de tal suerte que el menor mal que os dé, será la muerte.DON FERNANDO:
Gran capitán Morón, ¿dime qué pudo así mover tu corazón tan fiero? Cuando la gruesa lanza y fuerte escudo La causa pide, ¿te haces estrellero? Desto me da razón, porque yo dudo Como puede ser tal, que el duro acero que siempre amaste, agora lo aborrezcas, y la dureza antigua así enternezcas. ¿No ves los alemanes quebrantados morir por entregarse desta tierra? ¿Los fieros españoles alterados, dar voces por el fin de aquesta guerra? Si agora desto fuesen desviados y del deseo que su pecho encierra, verías a los unos y a los otros volver las fieras armas a nosotros. Pues si han de hacer cruda matanza en los que estamos de su mesma parte cuánto mejor será darles venganza de nuestros enemigos, y deste arte, ensangrienten los bárbaros su lanza en Roma, y los de España en crudo Marte, pongan por tierra el muro de Quirino, hagan el pueblo igual con el camino.MORÓN:
No vendré en tal acuerdo eternamente ni tal sentencia firmará mi mano.,DON FERNANDO:
¿Por qué razón, o capitán valiente?MORÓN:
Porque es respecto aqueste de cristiano.DON FERNANDO:
¿Soy del bando cristiano diferente?MORÓN:
No digo tal, mas eres inhumano, pues quieres que el lugar que le fue dado por Cristo a Pedro sea de ti asolado,DON FERNANDO:
¿Qué podemos hacer? Pon tú en sosiego el ejército todo al arma puesto.MORÓN:
Amata tú hoy, Borbón, aqueste fuego.BORBÓN:
El modo me da tú, que siga en esto, y será obedecido de mí luego.MORÓN:
Modo pides, estando ya dispuesto el ejército fiero a la batalla, que la espada se oye, y ve la malla.DON FERNANDO:
¿Es la gente española tan modesta que así se aplaque de seguir su intento? Estando resoluta, y toda puesta al arma, que es su vida y su contento.MORÓN:
¿A nuestro invicto César no molesta tal desiño?BORBÓN:
Qué importa si el violento furor, se va esparciendo por las venas, que están de ira y de coraje llenas.MORÓN:
Supliquemos a Dios que el dé el remedio así como también dará el castigo.BORBÓN:
Oh capitán Morón, ése es el medio que hallo, en esta confusión que sigo: Él nos guíe, él esté contino en medio siendo defensa nuestra, y dulce abrigo, de suerte que el gran César nuestro sea victorioso, y el fin que pide vea.AVENDAÑO:
Borbón, ¿que es tu pensamiento que nos detienes aquí? No hay mas que el descanso en ti, los regalos y el contento. Dejas morir los soldados de hambre, sin más memoria de conseguir la victoria de los romanos cercados. ¿Y vas os entreteniendo con promesas non cumplidas porque acabemos las vidas como mujeres durmiendo? ¿Para qué traemos armas si no habemos de usar dellas, y si en ti no hay más que vellas por qué con ellas te armas? Toca alarma, asalta el muro; no nos difieras más punto, tu determinación junto venga, y el asalto duro. Y si más nos entretienes hágote, Borbón, saber que no te podrás valer con todo el poder que tienes.BORBÓN:
Soldados fieros de España, que sujetáis la arrogancia del turco, y domáis a Francia la una y otra Alemaña, y desde el Danubio al Nilo va, y a la desierta arena de Libia y de allí resuena vuestro nombre, y culto estilo, Que es la razón que tenéis para culpar mi tardanza, si está hincada mi lanza en el muro, que queréis y siguiendo vuestro gusto hemos venido cercando toda Italia demandando lo que niega el cielo justo.ESCALONA:
General de Carlos Quinto, mas sientes de lo que dices, y si no es bien, no avises si es que te falta el instinto. Si a toda Italia cercamos, Tú no nos dejaste usar de la fuerza militar que los soldados usamos. A Bolonia, y a Ferrara, a Flaminia, y a Francia, ¿Quién nos hizo resistencia? ¿A qué no se saqueara? El duque no, que ya estaba temblando el asalto fiero, mas tú como bandolero haces lo que te agradaba. Tú nos has ido a la mano apresanduro el viaje, prometiendo gran pillaje de aqueste saco romano. Discurrimos tras tu mando, llegamos do dirigimos, y el fin para que venimos vas con plazos alargando. Borbón, deja ya razones, toca alarma, asalta luego, que ofende tanto sosiego los bélicos corazones. Y entiende que se pretende poner por tierra esta tierra y si a ti te enfría la guerra a nosotros nos enciende.GUARDA:
Ah romano, ¿qué buscáis? ¿Qué queréis? ¿O a qué venís?MENSAJERO:
Soldado, pues lo pedís, diré lo que preguntáis. Al gran general Borbón le vengo a dar un recado de Roma a él enviado vista nuestra perdición.GUARDA:
Aguardad aquí un momento, y daré razón de vos.MENSAJERO:
La lengua te mueva Dios y a Borbón el pensamiento.GUARDA:
Concilio alto excelente, un mensajero está aquí de Roma, y pido por mí ante vos verse presente.BORBÓN:
Dalde la puerta, entre luego, veamos que es lo que quiero.AVENDAÑO:
Borbón, si paz te pidiere, cierra a el oído a su ruego.BORBÓN:
Las armas le quitaréis para entrar como es usanza.AVENDAÑO:
Dalde espada, escudo y lanza y entre armado, ¿qué teméis? Cuando franceses tuvieras y no españoles contigo, temieras al enemigo, mas si te guardan ¿qué esperas? Segura está tu persona, no puede venirte daño, que está contigo Avendaño y te acompaña Escalona.GUARDA:
Licencia a entrar se os concede, mas que las armas dejéis.MENSAJERO:
¿Los españoles teméis? ¿Miedo con vosotros puede? ¿Así los hombres desarmas? ¿No eres tú de aquel crisol de España? Que el español no quiere al hombre sin armas. Generoso concilio, a quien el suelo dignamente celebra, y tiene en tanto que la gloriosa fama esparce al cielo el nombre vuestro en su divino canto, ya veis patente nuestro acerbo duelo, no podéis ignorar nuestro quebranto, con vuestros propios ojos estáis viendo el mal que hacéis, que Roma está sufriendo. Pídevos humilmente que apartando de vos tan fiero y pertinaz intento, el cerco levantéis, ya perdonando a quien nos ofendió, ni en pensamiento. Que bien nuestra razón considerando el más fiero dará consentimiento al justo ruego, y templará la ira, temiendo a Dios, que viendo tal se aira. Si alguna saña mueve el inhumano deseo vuestro al cerco que está puesto; si el pueblo que es de Dios, si el que es cristiano ya contra Dios, y lo que manda en esto; si a su vicario con violenta mano asalta, el luterano viendo aquesto ¿Qué ha de hacer, sino seguir su furia, y a nuestra iglesia hacer injusta injuria? Esto pueda con vos, aunque haya sido Roma culpada, y dad lugar al ruego. Que en ley humana, y divina, os pido que permitáis dejalla en su sosiego; y si para el ejército movido falta dinero, yo lo daré luego, no sea de cristianos saqueada Roma, pues de cristianos es morada.BORBÓN:
Varón romano, el cielo es buen testigo si la voluntad mía tal consiente, mas que forzado en esto, el querer sigo de la soberbia y española gente. Con la cual, ni por ruego, ni castigo se ha podido templar su furia ardiente, Y así digo que en esto no soy parte y no tengo respuesta otra que darte.MENSAJERO:
Otra piedad traía confianza que había de hallar en tu presencia, mas pues me falta, sigue tu pujanza y contra Roma usa tu violencia. A Dios ofendes, y él dará venganza al pueblo que amenaza tu potencia, y con esto, o concilio valeroso, voy a dar mi recaudo congojoso.BORBÓN:
¿Qué resta para el fin de nuestro intento?DON FERNANDO:
Poner en obra lo que se desea.MORÓN:
No vengo en tal, ni doy consentimiento.AVENDAÑO:
Nosotros demandamos la pelea.BORBÓN:
Esto se acabe, y quede dado asiento, Que luego que se muestre la febea luz, en el lugar do agora estamos para dar el asalto nos veamos. El parecer que en esto habemos dado se firme luego, y todos lo firmemos.DON FERNANDO:
Yo firmo lo que está por mí acordado.MORÓN:
Yo no, que no vendré a tales extremos. Que no me obliga a mí, aunque esté obligado servir a César, lo que aquí hacemos, que es ir contra la Iglesia, y su precepto.BORBÓN:
Sin ti vendrá nuestro deseo en efecto. También aquí ninguno va a ofendella porque somos católicos cristianos.MORÓN:
Ese camino no es de defendella del rigor de los fieros luteranos.BORBÓN:
No es aquesto dejar de obedecella, pues vamos a ofender a los romanos y a servir nuestro rey, y en este hecho darle lo que demanda su derecho. Cargad piezas, tocad que se recoja la desmandada y orgullosa gente. Reparen con reposo la congoja del día que huyendo va a occidente. Y luego que su luz muestre la roja Aurora, descubriéndose el oriente, haremos lo acordado; poned velas, encended fuegos, vayan centinelas.