Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


APÉNDICE.

LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO.

EL MAUSOLEO.

Es un soberbio sepulcro que Artemisa reina de Caria mandó hacer para Mausolo su esposo, en la ciudad de Halicarnaso capital de su reino. Se llama Mausoleo por el nombre de Mausolo para quien se construyó, y despues se ha dado este nombre á todos los sepulcros magníficos.

Era este mausoleo de sesenta y tres pies de mediodia á norte, sus lados eran un poco menos anchos, y tenia cuatrocientos once pies de circuito: su altura era de treinta y siete pies y medio, y tenia en su recinto treinta y seis columnas.

Cuatro arquitectos emprendieron esta obra; Escopas el lado del oriente, Timotes el del mediodia, Lescares trabajó en el del poniente, y Briaxis en el del norte. La reina Artemisa no vió el fin de esta obra, porque murió de pena por la muerte de su esposo, el año 351 antes de Jesucristo. La posteridad la ha colocado al frente de los mártires del amor conyugal.

La obra no se interrumpió por su muerte; porque Piteo continuó la obra de los otros arquitectos, y levantó una pirámide sobre el mausoleo, sobre el cual puso un carro de mármol tirado de cuatro caballos. Se reputó este sepulcro como una de las maravillas del mundo; y sin embargo el filósofo Anaxágoras de Clazomenes, dijo al verle: He aquí mucho dinero cambiado en piedras.