Duro es este peñasco levantado
Duro es este peñasco levantado, que no teme el favor del bravo viento, fría esta nieve, que el soberbio aliento del Aquilón arroja apresurado; más duro es vuestro pecho y más helado, en quien la piedad no ha hecho asiento, ni el fuego de amoroso sentimiento en él jamás, por culpa vuestra, ha entrado. Sordas las ondas son de aqueste río, pero más sorda vos a mis clamores, que aún poco os pareció ser dura y fría. Mas todo este dolor del pecho mío no causa tantas penas y dolores cuanto la soledad del alma mía.