Dulce el fuego de amor, dulce la pena
Dulce el fuego de amor, dulce la pena, y dulce de mi daño es la memoria cuando renueva amor la antigua historia que a su grave tormento me condena; mas cuando hallo mi esperanza llena de bien y de promesas de victoria, un súbito dolor turba mi gloria, y todos mis contentos desordena; que será esta luz pura de belleza la fe del justo amor en poca tierra vuelta, y el fuego muerto que me inflama. ¡Oh vano ardor de la inmortal flaqueza! ¿Si el fin que ofrece paz de tanta guerra no dejará aun ceniza de mi llama?