Esto, Quintana, hasta aquí 5
es lo que me ha sucedido.
Doña Inés pierde el sentido
con la libertad por mí;
don Martín anda buscando
este don Gil que en su amor 10
y nombre es competidor;
mas con tal recato ando
huyéndole la presencia,
que, desatinado, entiende
que soy hechicero o duende. 15
Pierde el viejo la paciencia,
porque la tal doña Inés
ni sus ruegos obedece,
ni a don Martín apetece;
y de tal manera es 20
el amor que me ha cobrado,
que, como no vuelvo a vella,
desde entonces atropella
con pundonores de estado;
y como de mí no sabe, 25
no hay paje o criado en casa,
ni gente por ella pasa,
con quien llorando no acabe
que me busque.
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