Don Francisco de Borja y Aragón (Elena de Paz)
Rizo el pelo, la vista procelosa,
con siete estrellas la cerviz luciente,
agudo el corvo alfanje de la frente,
la boca rayos fulminó espantosa.
El ceño torvo, la nariz fogosa,
el grueso labio espuma, acero el diente,
la copia de Amaltea floreciente,
vierte el cretense Toro rosa a rosa.
Otro de luces tantas despojado,
heroico a Borja ilustre fué trofeo,
por quien florece Apolo mejorado.
Si éste da lustre a Apolo en su museo
y Apolo a aquél de fuego ha coronado,
¿a cuál las plantas deben más su aseo?