MERIMÉE


Próspero Merimée (1808—1879) nace en París, muere en Cannes; desempeña algunos cargos administrativos, y en un viaje por España contrae estrecha amistad con la condesa de Montijo y con su hija Eugenia, años después Emperatriz de los Franceses. Esta amistad le hace compartir la vida íntima de la Corte durante el Segundo Imperio y le lleva al Senado.

Para el público español la personalidad de Merimée va principalmente unida al recuerdo de Carmen, una de las más resonantes interpretaciones de nuestro ambiente. Con esta linda novelita, son título a la gloria de Merimée la Crónica del reinado de Carlos IX, Colomba, Tamango, Matteo Falcone, La Venus de Ille y otras varias, breves y delicadas.

Merimée pertenece a la casta de los artistas refinados, enemigos de la prodigalidad y la exuberancia. Su forma es precisa y apretada; su construcción firme y lógica. Dibuja un carácter con un rasgo ligero. Huye de las frases excesivas. Su tono es el de un hombre de mundo que cuenta las mayores atrocidades sin cambiar de acento, con un espíritu de mordacidad nelada y de escepticismo desilusionado.

Doble error (La double meprise), publicada en 1833, presenta en breve espacio estas características del delicado talento de Merimée: la ironía mundana y pesimista, la sobriedad elegante, la trabazón arquitectónica y el fácil y penetrante dibujo de los caracteres.