Discurso del diputado Félix Rodríguez con motivo de la expropiación petrolera realizada por el presidente Lázaro Cárdenas

Comisión Permanente. 19 de marzo de 1938.

Compañeros senadores y diputados: El conflicto provocado por las compañías imperialistas del petróleo en México, le ha proporcionado la satisfacción al Gobierno de la República de probar ante las naciones débiles, como es la nuestra desde el punto de vista de los armamentos, que vale más la dignidad nacional de los pueblos libres, que esos propios armamentos.

En los momentos en que naciones débiles son atropelladas brutalmente, son invadidas y es arrebatado su territorio patrio por los países imperialistas, como en el caso de Italia con Etiopía, como en el caso del Japón invadiendo el terreno chino hasta donde quiso satisfacer sus ambiciones imperialistas, como en el caso de Alemania, que acaba de arrebatar por sorpresa y de la manera más cruenta el territorio austríaco, el caso doloroso de la Madre Patria en donde países imperialistas aportan contingentes personales y armamentos sanguinarios tratando de arrebatar ese territorio para entregarlo en manos de los fascistas; en estos momentos en que el mundo entero, en que el mundo civilizado tiene fija su atención en estos acontecimientos de alta y profunda maldad de los países fuertes contra los países débiles, el Gobierno de México en manos de nuestro Primer Mandatario pone el más alto ejemplo de lo que es y cómo debe estimarse la dignidad nacional de los pueblos libres. Si en manos de cobardes estuviera el Gobierno de la República, antes de dar un paso de esta trascendencia hubiera volteado los ojos para mirar el panorama en Europa y en el Oriente del universo y probablemente le hubiera temblado el corazón, lo que no sucedió con Lázaro Cárdenas.

Ahora bien, camaradas; no está solo don Lázaro Cárdenas. Estimo que el Poder Legislativo, representado genuinamente en estos momentos por la Comisión Permanente, cuyos diputados y senadores sabrán hacerse eco de sus respectivas Cámaras, sabrán hacerse eco del sentir personal de sus camaradas de grupo; estamos seguros, porque lo está la Comisión Permanente de que el Poder Legislativo no solamente respalda el acto que se relaciona con la confiscación, mejor dicho, con la expropiación de las compañías imperialistas del petróleo en México, sino que el Poder Legislativo de la Unión respalda todos y cada uno de los actos del Presidente de la República, porque todos ellos entrañan, antes que otra cosa, un valor civil a toda prueba, un cariño acendrado para su patria y un afecto distinguido, sincero y sin igual para el proletariado nacional.

Son muchas las exigencias, mejor dicho, son muchas las prestaciones que el proletariado nacional exige en el momento actual revolucionario; y cuántas veces aquellas organizaciones campesinas u obreras, o revolucionarias, piensan que el Gobierno actual en manos de don Lázaro Cárdenas no ha estado pronto para satisfacerlas. Pero en cada acto trascendental de nuestro Primer Magistrado, todas esas organizaciones proletarias venimos a convencernos más y más cada vez de que el actual Presidente de la República con mano firme va avanzando hacia las conquistas del proletariado nacional y con una visión clara del momento actual está eslabonando los acontecimientos proletaristas de México con los acontecimientos mundiales del proletariado universal. Ya lo dijo, no hace muchos días, en el Congreso nacional de la organización fuerte de México, me refiero a la C. T. M., ya lo dijo proponiendo que se haga un Congreso Internacional de acercamiento proletario para defendernos contra las garras del fascismo. Muchas veces a muchos funcionarios públicos nos tiembla la voz y nos falta corazón para hablar de estas cosas tan trascendentales; y, sin embargo, al Primer Magistrado de la Nación no le tembló el corazón ni la mano y su pensamiento firme relacionó los acontecimientos proletarios de México con los acontecimientos proletarios de todo el mundo, contra el fascismo, contra la guerra y contra el imperialismo. Si, pues, el Primer Magistrado de la República, con ese sentimiento de fraternidad hacia su pueblo y hacia el proletariado nacional, actúa en estos términos ¿por qué nosotros, representativos del pueblo mismo, no vamos a secundarlo? No solamente es de nuestra obligación colectiva, sino es de nuestra más estricta obligación personal de cada uno de los senadores y diputados secundar y actuar formidablemente de acuerdo con las posibilidades personales de cada uno de nosotros. Las proposiciones del compañero Yurén en ninguna forma se oponen a la proposición concreta del compañero Senador Marín. Las dos deben unirse para que la Comisión Permanente actúe, pero es más: la actuación oficial nuestra deberá corresponder a nuestra actuación personal, en la esfera de acción de cada diputado y de cada senador por lo que se refiere al Poder Legislativo.

Le consta al pueblo de México que al Poder Judicial, en el caso petrolero, representado por el más alto cuerpo de ese Poder Público, tampoco le tembló el corazón y su pensamiento fue firme para dar un fallo estrictamente apegado a las leyes de México, a la razón y a la justicia, importándole poco el resultado final e importándole poco las amenazas de carácter económico que las compañías petroleras adelantaron a este acontecimiento con el objeto de acobardar al Poder Público de México. Digo que al Poder Judicial no le tembló la mano y firmó, con lo que vino a poner en manos del Presidente de la República el acontecimiento mundial, mundial de esta época. ¿Por qué? Porque no solamente se relaciona con nuestra economía nacional, sino con la dignidad le los pueblos débiles, pero democráticos.

Compañeros senadores y diputados: Este acto trascendental que conmueve la economía nacional, no es el único en la Cámara de Diputados y en la de Senadores, representativas del Poder legislativo y de las libertades populares. Se habla constantemente de la forma lesiva en que nos colocan los imperialistas extranjeros en otros ramos. Me refiero de una manera clara y precisa a los monopolios. Nosotros, es decir, el Poder Legislativo de

la Unión, no debe detenerse y examinar solamente el asunto del petróleo; debe con mano firme, sus hombres capacitados, sus hombres intelectuales en la misma política, en la economía social, deben orientar a las masas, deben orientarnos a los trabajadores para sacudirnos tomando como base la liberación económica de México en el ramo del petróleo y la liberación económica en los demás ramos. Los comestibles, los artículos de primera necesidad, están encareciendo día con día. El proletariado nacional no puede llevar alimento suficiente a sus niños, a sus hijos, ni a sí mismos. Nuestra raza degeneraría de continuar esta alza de los precios. Es necesario que el Poder Legislativo, mancomunando el problema económico nacional, haciendo esfuerzos por secundar la labor del Presidente de la República, haga lo posible por acabar con los monopolios, principalmente por acabar con los acaparadores extranjeros, no solamente los imperialistas yanquis, no solamente los imperialistas ingleses, no solamente los imperialistas de las compañías de petróleo, sino principalmente los imperialistas: el alemán y el español fascistas que tienen una relación directa con ese desquiciamiento económico que tiene y mantiene al pueblo de México en un estado de miseria y de alimentación escasa y paupérrima. El Poder Legislativo, como representativo del pueblo mexicano, es necesario que acumule todas sus capacidades, todas sus inteligencias, todas las sabidurías. -Hay senadores y diputados que conocen bastante de economía, habemos trabajadores que nos sobra voluntad, queremos ayudar a nuestro pueblo -; queremos que esos elementos intelectuales, haciendo un esfuerzo, señalen con precisión cuáles son esas causas de la carestía de la vida en relación con el ramo del petróleo y con todos los demás ramos de la economía nacional. Y ya que el actual Presidente de la República ha sacudido el yugo del imperialismo de las compañías petroleras, hagamos que el propio Primer Magistrado, oyendo el clamor del pueblo a través del Poder Legislativo, fije su atención en los demás ramos. Y nosotros, ayudémosle; pidamos al pueblo de México, solicitemos de las organizaciones proletarias y de los sectores revolucionarios del país que cada uno de sus miembros se constituya en defensor de la dignidad nacional y ponga su grano de arena para que con este hombre de hierro, con este hombre de altas miras proletarias, proletarista humano y de sinceros afectos para su pueblo, lo ayuden; ayudémosle. Esta es la voz que debe llevar la Comisión Permanente en representación del pueblo ante el pueblo mismo; pero de manera principal, frente al proletariado nacional, frente a los sectores revolucionarios y frente a los elementos intelectuales de México.

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