Discurso del Diputado Píndaro Urióstegui Miranda de la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional PRI respecto al Informe del Sismo de 1985

El C. Píndaro Urióstegui Miranda: - Señor presidente: A medida que pasan los días, la tragedia que estruja al pueblo de México va enseñando su verdadero rostro. Vamos compenetrándonos y asimilando la facilidad de un evento de la naturaleza que enlutó a miles de hogares mexicanos y vino a acentuar y a agudizar, en el corazón del país, una ya de por sí difícil situación económica. Qué bueno que a medida que ha avanzado no el debate, sino los planteamientos de los voceros de las diversas fracciones parlamentarias, se ha reflexionado para no hacer de un desastre tan profundo y tan sentido como el que vivimos, un botín político de partidos; que la mesura haya sustituido paulatinamente algunas proposiciones originales. Creo que esto hará más respetable a este recinto, a sus integrantes y al Poder Legislativo en general. Pero también en la medida que fuimos escuchados, la evolución de las intervenciones de los diputados aquí presentes, se nos despertaron algunas interrogantes sobre algo que parecía ser y que ojalá no sea: el diseño de una estrategia. En alguna forma, nos motivó algunas reflexiones, sobre lo que queremos sea el pluripartidismo.

Esta Cámara tiene ya un perfil bastante definido, el de un pluripartidismo honesto y vigoroso, respetuoso de los propósitos que con él persigue, y qué bueno que así sea; qué importante es que todas las corrientes políticas del país tengan una presentación en el seno de esta Cámara, lo que nos interesa con ello, es que en medio de crisis políticas o económicas o aún de desastres de la naturaleza, como el que hora padecemos, la fortaleza de las instituciones del país se mantengan firmes y estables para poder responder con eficiencia, con eficacia, con lealtad, con patriotismo y con alteza de miras a reclamos humanos, profundamente humanos.

Aquí estamos viviendo un pluripartidismo que enriquece mucho la vida democrática del país y nosotros, en medio de cualquier tipo de avatar, necesitamos mantener la fortaleza de nuestra vida democrática; no tenemos por que pretender reformar en momentos que parecen ser desesperantes, lo que es la esencia de la democracia: un gobierno de mayorías y no un gobierno de totalidades.

Nosotros debemos de pugnar, como creo que ya lo estamos haciendo, en forjar una vida democrática dentro de esta Cámara, que responda a cualquier tipo de exigencias y problemas populares, sean permanentes o transitorios. Lo terrible, lo dramático, sería caer en un asambleísmo estéril, en una anarquización de la vida democrática en este recinto parlamentario.

Nunca está de más, recordar dramáticos ejemplos del pasado en otros países, en otras épocas; excesos de un asambleísmo y de un parlamentarismo que acabaron, por ejemplo, con la tercera y cuarta repúblicas francesas, con la República de Weimar en Alemania, que contribuyeron decididamente a derrotar al gobierno democrático del doctor Allende en Chile y que actualmente tienen a Italia consumida en una dramática anarquía. Ese no es, ni puede ser el camino de México.

Nosotros, por esos ejemplos del pasado, debemos tener siempre muy presente que atrás, escondidos, desdibujados sus rostros entre estos asambleísmos estériles y estas inestabilidades políticas está el brazo y la pujanza de la anarquía o de la dictadura. Preguntaba a un compañero diputado la extensión geográfica del Distrito Federal. Me decía que era aproximadamente de mil 400 kilómetros cuadrados, no lo quiero afirmar como una certeza en el que habitan más de diez millones de personas. Dentro de esta extensión y de esta población, resentimos y nos duele a todos los mexicanos, como decía al principio de nuestra intervención, que en un área de no más de 20 kilómetros cuadrados, cosa de 50 mil mexicanos entre pérdidas de vidas, heridas graves, pérdidas de su patrimonio o de su hogar, resientan en estos momentos las consecuencia de este cataclismo.

En medio de esta tragedia, queremos hacer un sincero reconocimiento al Gobierno de la República, a la actitud decidida y patriótica del ciudadano Presidente de la República, que entre otras determinaciones, tomó la de no asistir a la ONU. Lo hemos visto recorriendo en varias ocasiones la zona del desastre y actuando con entereza absoluta; respondiendo así, a los reclamos de solidaridad y de entrega irrestricta que solo el pueblo de México está haciendo; lo vimos integrando dos comités, uno a nivel nacional, y otro a nivel del Distrito Federal.

No es posible arreglarlo y modificarlo todo de la noche a la mañana; afrontamos esta tragedia en medio de un contexto económico ya de por sí muy difícil, que en el seno de esta Cámara se ha discutido y comentado ampliamente.

El día de ayer apenas, la Comisión Especial que integró esta Cámara, asistió a reuniones con diversos funcionarios encargados por el propio Presidente de la República, de afrontar con diligencia las soluciones más viables a este problema.

Nosotros tenemos dentro de esta Cámara y del Poder Legislativo, funciones específicas. Creo que algo que debe ser determinante entre nosotros, es apoyar decididamente a la Comisión Especial que se integró por diputados de los diversos partidos aquí representados, para que cumpla de la mejor manera su cometido. El Poder Legislativo no puede actuar de manera aislada, independiente o a espaldas del Poder Ejecutivo o del Poder Judicial. La delimitación de funciones son claras y precisas en nuestra Legislación.

Estimo que es el momento de apoyar los esfuerzos que el gobierno de la República, a través de sus diversos órganos está emprendiendo; no podemos actuar con precipitación, pero tampoco con desdén o con un carácter lento que no responda a los planteamientos populares.

Sabemos de los apremios que tiene el país y en especial nuestros compatriotas del Distrito Federal; apoyemos pues, insisto, con todo nuestro empeño, tanto a la Comisión Especial que se integró, como los trabajos de las otras comisiones permanentes u ordinarias de esta Cámara, para que sumen sus esfuerzos a los de los comité que integró ya el Poder Ejecutivo y se mediten las medidas más adecuadas, sin presiones demagógicas.

Nosotros debemos actuar con seriedad y con diligencia; con los pies bien puestos sobre la tierra; no disponemos de todos los recursos que quisiéramos pero sí de todo el patriotismo, de todo el empeño y de toda la responsabilidad que nos ha dado el pueblo de México, para sumar todos los esfuerzos del gobierno federal y responder así al grave y profundo problema cuya solución nos están exigiendo nuestros hermanos mexicanos del Distrito Federal. Muchísimas gracias.[1]

Referencias

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  1. Legislatura LIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19850924 - Número de Diario 23 (L53A1P1oN023F19850924.xml)Núm. Diario:23 ENCABEZADO DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS "LIII" LEGISLATURA Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921 AÑO I México, D. F., martes 24 de septiembre de 1985 TOMO I. NÚM.. 23 SUMARIO