Discurso de Christian Perrotin, Primer Patriarca del Gran Orden Egipcio del Gran Oriente de Francia.


GRAN ORDEN EGIPCIO DEL GRAN ORIENTE DE FRANCIA


Santiago, 14 de febrero de 2014 E.·. V.·.



Discurso a la tenida en el grado de Aprendiz del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Misraim. En el Oriente de Santiago de Chile. Serenísimo Gran Maestro del Gran Oriente de Chile. Mi muy Q.·. H.·. Omar Roche. Dignatarios y Maestro Venerables que decoran Oriente. QQ.·. HH.·. y HHas.·., en su grados, calidades y funciones.

Según Herodoto, en el antiguo Egipto, los egipcios consideraban al Nilo como un “regalo del cielo”. El periodo cuando la estrella Sirio se volvía visible, al amanecer por encima del horizonte, era el instante cuando el Nilo comenzaba su crecida. Cada uno de ustedes sabe cuán importante era este acontecimiento en el antiguo Egipto, porque significaba la vuelta del ciclo de la fecundidad, la renovación del Mundo. En este Egipto antiguo, que comprendió bien que “lo que está abajo es como lo que está arriba”, decimos que en esta fecha, Isis, la tierra de Egipto, es fecundada.

Después de las siembras, vendrá el tiempo de la cosecha; el tiempo para que Ustedes hermanos y hermanas del Gran Oriente de Chile se den a la práctica este bello Rito cuya patente se les ha transmitido, incluido para los altos grados. ¡Rito muy bello! Ustedes comprenderán que en mi calidad de Primer Patriarca me es imposible expresarme de otro modo, aunque este calificativo no tiene valor comprable con otros Ritos.

Hace falta recordar que nuestros fundamentos son aquellos representados por Osiris, por los que se cultivan en la Academia de Platón, los de la Escuela de Alejandría, los de la Academia de Médicis. Me refiero a la Unidad esencial de todos los cultos, de todos los Ritos, que sabemos, buscan la Verdad. Se trata de reunir y de unir bien en el sentido de la palabra “Religare”.

A propósito del Rito, es importante precisar para los hermanos y hermanas que experimenten la escala de 95 (noventa y cinco) grados del Rito Antiguo y Primitivo de Menphis y Misraim, que es el que practicamos, y que ahora esta resumido en 33 (treinta y tres) no hace ninguna referencia a los 33 (terina y tres) grados escoceses. Se trata más bien de un trayecto iniciático diferente que evita todo tipo eventual de “competencia” entre estos grados. Y como el dicho tan bien expresado por Saint-Exupèry, inscrito en la escalera del hotel del Gran oriente de Francia desde 1862 (mil ochocientos sesenta y dos): “si difieres de mi, mi hermano, lejos de perjudicarme, me enriqueces.

Históricamente, la escala en 33 (treinta y tres) grados es una traslación de la escala de 95 (noventa y cinco) grados. Jacques-etienne Marconis, fundador del Rito de Menphis, integró al Gran oriente de Francia desde 1862 (mil ochocientos sesenta y dos). A petición del Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, practicó esta conversión tomando el grado 95 (noventa y cinco) y el grado 33 (treinta y tres, pero conservando su denominación de “Patriarca Gran Conservador del Rito”. Hizo igualmente con el grado 94 (noventa y cuatro) “Príncipe de Menphis que se constituyó en grado 32 (treinta y dos), y el grado 90 (noventa) que se constituyó en grado 30 (treinta), etcétera. Este trabajo de simplificación se hizo porque el número de grados de la escala de 95 (noventa y cinco) no se practicó por falta de rituales. Si en 1862 (mil ochocientos sesenta y dos) el Gran oriente de Francia le pidió a Marconis de negro establecer una escala en 33 (treinta y tres) grados, es por respeto al Rito escocés Antiguo y Aceptado y, más sobre todo a otros Ritos.

Es en este espíritu que en 1999 (mil novecientos noventa y nueve) el Gran Oriente de Francia, bajo la Gran Maestría del Serenísimo Gran Maestro Phillippe Guglielmi, despertó el Antiguo y Primitivo rito de Menphis y Misraim. Desde el año 1999 (mil novecientos noventa y nueve) las logias azules son aceleradas. El despertar oficial de los altos grados, después de dos años de trabajo, se plasma en Septiembre de 2001 (dos mil uno) con aprobación en el Convento el Gran Oriente de Francia.

Esta escala de 33 (treinta y tres) grados, el Gran Oriente de Francia y Marconis de Negro, se la trasmiten el 8 (ocho) de octubre de 1872 (mil ochocientos setenta y dos) a Harry Seymour para crear un Sumo Santuario para los Estados Unidos. Él mismo le trasmitirá la patente a John Yarker con el fin de crear un Sumo Santuario para Inglaterra e Irlanda. John Yarker, hermano bien conocido por la Masonería egipcia de 95 (noventa y cinco) grados, le trasmitió la patente de Menphis a Pessina, y éste a su vez, le trasmitió la patente de Misraim. Este intercambio permitió la fusión de ambos Ritos para dar origen al Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Misraim.

Garibaldi debido a su imagen como el reunificador de Italia, fue instalado como Gran Hierofante mundial del Rito Antiguo y Primitivo de Menphis y Misraim en 95 (noventa y cinco) grados. Algunos meses más tarde éste fallece y John Yarker lo reemplaza en esta función. En paralelo, John Yarker conservó siempre la escala de 33 (treinta y tres) grados y, como era un erudito esoterista, le encausó hacia un contenido de carácter hermético que nos une por un pensamiento a este Egipto, cuna de la humanidad.

Es la trasmisión iniciática en 33 (treinta y tres ) grados la que volvió, al comienzo de este milenio, al Gran Oriente de Francia el cual siempre hubo de disponer de un Gran Conservador Guardián del rito, no obstante la práctica del Rito había caído en desuso. Es desde luego la trasmisión iniciática la que Ustedes recibirán. La Francmasonería fundó su legitimidad a través de los compañeros constructores de catedrales, y también se respaldó en Salomón y su Templo. La vertiente egipcia de la Francmasonería hizo lo mismo, pero en los templos y constructores egipcios, con Osiris que muere al amanecer.

Hasta el caso es de uso en el rito egipcio evocar los grados antiguos del Arco Augusto de la Francmasonería dicha Antigua y Primitiva, y quienes constituyen la Tradición y los raros y preciosos conocimientos que son necesarios para la verdadera felicidad del hombre, y que se confunden con los orígenes hasta da la Humanidad. Fijando en la religión del Egipto antiguo y en las escuelas de misterios de la antigüedad, estas doctrinas místicas y secretas se habrían refugiado en Oriente. Es allá donde las Órdenes medievales de caballería los habrían descubierto y luego traído a Europa. De siglos a siglos, nos habrían sido transmitidas por los círculos de iniciados del pasado, los cenáculos neoplatónicos del Renacimiento, y la Rosa Cruz del siglo XVII (diecisiete), que de hecho estarían al comienzo de nuestra venerable Institución.

Este legado de la antigüedad, nos permite a nosotros, a mendigos y rebeldes del espíritu, transformar la naturaleza de nuestra pobre materia humana en Luz de Egipto. El Gran oriente de Francia decidió el despertar del Rito en respuesta a las numerosas y excesivas escisiones que permanentemente se producían (y continúan produciéndose) en el seno de las Obediencias y las estructuras que practicaban el Rito Antiguo y Primitivo de Menphis y Misraim. Las razones de estas recurrentes dificultades provienen, según nosotros, por el hecho de que cada vez el rito gana por la mano de la Obediencia, los altos grados que intervienen y dan origen a los tres primeros., y la Gran Maestría allí jamás es electiva sino que transmitida, ad vitam. Más aun, entre todos los poderes que dispone el Gran Maestro, destaca el trasmitir los 95 (noventa y cinco) grados que son indispensables para ser Gran Maestro. Lo peor, es interpretar los artículos del reglamento general, cuando éste existe.

Sin querer hablarles de la maldición de los faraones, sin evocar una magia cualquiera y nefasta, nos pareció que para evitar todas estas trampas, uno sola respuesta se imponía: Practicar el Rito al amparo de los valores de democracia del Gran oriente de Francia. A este Rito, ustedes hombres de corazón, le colocarán su ritmo. Sabiendo que la fraternidad no se trata de ir a la delantera sino que estar disponible, estaremos, desde luego, presentes toda vez que ustedes lo deseen, particularmente para trasmitirles los grados iniciáticos más allá del grado de Maestro. Ceremonias de recepción que permitan dar las claves, y que serán allí todavía un momento de emoción de división. Sí, porque todos ellos, nosotros, somos unos herederos, barqueros de memoria, y sabemos que trasmitir es compartir así como recibir.

Será también placentero trabajar y crecer juntos, de descubrir a Isis, y de ir hacia el sol de Osiris; este conocimiento conduce a liberarse de los lazos del odio para reemplazarlos por el amor incondicional a los hombres. Nuestras referencias son las del Egipto Alejandrino, de este crisol filosófico, confluencia del pensamiento egipcio, de filosofía griega, y de las prácticas orientales entre las cuales están los Vedas sagrados de la India.

El pensamiento del Rito es precristiano y sin referencia alguna a Salomón, ni ninguna referencia religiosa y que cada uno dispone de la libertad absoluta de conciencia, pero de herramientas (instrumentos) que se nombran: Cabalá, Alquimia, astrología, más todo el sistema vinculado al Hermetismo, al esoterismo, sin caer jamás en la magia. Y precristiano al no tener el significado de ninguna creencia, hace que cada uno sea libre.

El Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Misraim es una vía iniciática que implica una dimensión sagrada interior y es exterior al ser. Tiene como función el servir de guía a la conciencia del que recorre esta vía. Ayuda, por medio de analogías y de interpretaciones personales, a un desciframiento del mundo y a una postura en el sentido de existencia. Pretende enviarnos al Hombre Completo, el que trabaja en su materia bruta y el que dispara las consecuencias en su accionar de cada día.

Nos acompaña en un progreso interior que permite luchar contra el individualismo creciente de la sociedad y la aceleración del ritmo de vida. Así como dice el ritual del grado de aprendiz: “el alma del hombre es la tierra natural del verbo” El Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Misraim autoriza un trabajo iniciático que intenta reunir la armonía, la exigencia humanista y la búsqueda espiritual, dos aspectos que son inseparables, nos parecen, de nuestra tradición. Esto es declarar que el ejercicio de la razón, asociada a la virtud, permiten adelantarse hacia el mundo espiritual, es una condición necesaria pero sin duda no suficiente.

Por ahora, deseemos al Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Misraim continuar trabajando, dondequiera que sea, con toda serenidad, bajo la palmera de Egipto y para la felicidad de todos los hombres y mujeres. Que extienda los lazos de la fraternidad masónica sobre la superficie de la Tierra porque es un lugar vivo donde una memoria trabaja en servicio de un obsequio y de un futuro. En este instante, tengo ganas de resumir mis declaraciones por esta expresión: “reunir espiritualidad y racionalidad” Intención que ya apreciaba hace catorce años el Primer Patriarca fundador de la Gran Orden Egipcia del Gran Oriente de Francia. Sí, es el espíritu que nos anima, ése hasta el que animaba a nuestros predecesores, miembros de la Academia Platónica, de la Escuela de Alejandría, o todavía de la escuela de Florencia.

Comencé mi declaración evocando el Nilo, acabaré citando una frase extraída del ritual de cierre del grado de Aprendiz: “como las aguas del Nilo fecundan la tierra de Memphis, así las Aguas de Arriba fecundan el templo interior del Hombre en la misma temporada misteriosa”. El Gran Oriente de Chile y el Gran Oriente de Francia se unieron por un convento hace cuatro años, celebramos a nuestro modo, aquí, este aniversario.

En este instante de brillo del Rito Antiguo y Primitivo de Menphis y Misraim, es el momento histórico para estrechar lazos entre el Gran Oriente de Francia y el Gran Oriente de Chile, y un momento histórico para la Gran orden Egipcia del Gran Oriente de Francia. En este puro momento de eternidad (no cabía estar allí de otro modo para los egipcios) para nosotros. Para nuestros hermanos y hermanas. Para nuestros futuros hermanos y hermanas. Que los hermanos muy ilustres que se reunieron en el Oriente Eterno, y presentes en este instante por la cadena que nos vincula en el tiempo y en el espacio, sean los testigos de que guardamos nuestro Rito venerado tal como nos lo trasmitieron.


¡Gloria al Sublime Arquitecto de los Mundos! Respeto al rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Misraim. Bello camino al Gran Oriente de Chile. Fidelidad al Gran Oriente de Francia. Paz a los hombres y mujeres. Que el Sublime Arquitecto de los Mundos nos guarde siempre en su Luz. Mis hermanos y hermanas, a las que el espíritu del Rito les acompañe.

Es mi palabra.

Christian Perrotin

Primer Patriarca del Gran Orden Egipcio del Gran Oriente de Francia Gran Conservador del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Misraim.

Presidente del Supremo Consejo.